Por: Pablo Mosco - Éxodo xx: allí esta la orden terminante NO HURTARAS en esa orden que forma parte de los diez mandamientos, Dios reconoce implícitamente el derecho de propiedad, reconocimiento divino que convierte a la propiedad en algo sagrado, ahora bien: su condición sacra no la convierte en absoluta, el hombre entendió eso y regulo ese derecho sin desconocerlo, porque hacerlo implicaría el desconocimiento de la voluntad de su creador, las cosas, los bienes se pueden calificar de dos formas, los propios y los ajenos, y por decisión divina, apropiarse de un bien ajeno, constituye un acto de desobediencia, existe la propiedad colectiva, la propiedad comunal, la propiedad nacional, esta ultima es la que pertenece a todos, y constituye un robo el tomarla para regalarla, o donarla a otros países o gobernantes, la administración de los bienes nacionales como si fuesen propios, es un robo, ejemplo; “Evo desde este momento tienes a tu disposición 30 millones de $ y no tienes que pagarlos”. El mejor argumento que hasta hoy he oído es el del motorizado, hombre humilde, en globovision nos dice: “he luchado, he ahorrado, lo que tengo es el producto de mi trabajo, si alguien quiere quitármelo yo lo DEFIENDO”, ese es el argumento y la decisión del taxita, del comerciante del habitante de los barrios, del modesto empresario etc. Esa es la voluntad de todo aquel que se siente propietario de algún bien, desde un edificio hasta un bolígrafo, Hugo no podrá confiscar el humilde rancho del habitante de un solo barrio, y eso el lo sabe, recuerde UD amigo lector que UD es propietario por decisión de Dios, su propiedad es sagrada y estamos dispuestos a defenderla.
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