Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. Me gusta la gente justa con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar. Dios,
Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles. Si me das fortuna, no me quites la razón. Si me das éxito, no me quites la humildad. Si me das humildad, no me quites la dignidad. Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla, no me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo. Enséñame a querer a la gente como a ti mismo y a no juzgarme como a los demás. No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso. Mas bien, recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo. Sólo porque alguien no te ame como tu quieres, no significa que no te ame con todo su ser. La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta porque algo esconde. Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar. No olvides que la causa de Tu presente es Tu pasado así como la causa de Tu futuro será Tu presente. Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo, piensa menos en tus problemas y más en Tu trabajo y tus problemas sin alimentarlos morirán. Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos. Quien conoce a los hombres es inteligente. Quien se conoce a si mismo es iluminado. Quien vence a los otros posee fuerza. Quien se vence a si mismo es aún mas fuerte. Quien se conforma con lo que tiene es rico. Quien obra con vigor posee voluntad. Quien se mantiene donde encontró su hogar, perdura largamente. Morir y no perecer, es la verdadera longevidad. Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia. Admitamos que hayas resuelto el enigma de la Creación. Pero ¿cuál es tu destino? Admitamos que hayas despojado de todas sus vestiduras a la Verdad. Pero ¿cuál es tu destino? Admitamos que hayas vivido cien años felices y que te esperen cien más. Pero ¿Cual es tu destino? Si en verdad queremos amar, tenemos que aprender a perdonar. Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas. Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama. Quien no ha tenido tribulaciones que soportar, es que no ha comenzado a ser cristiano de verdad. Aprueba a los buenos, tolera a los malos y ámalos a todos. Cuando oramos hablamos con Dios, pero cuando leemos su palabra es Dios quien habla con nosotros. “¿Quieres ser feliz por un instante? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡PERDONA!”
Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles. Si me das fortuna, no me quites la razón. Si me das éxito, no me quites la humildad. Si me das humildad, no me quites la dignidad. Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla, no me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo. Enséñame a querer a la gente como a ti mismo y a no juzgarme como a los demás. No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso. Mas bien, recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo. Sólo porque alguien no te ame como tu quieres, no significa que no te ame con todo su ser. La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta porque algo esconde. Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar. No olvides que la causa de Tu presente es Tu pasado así como la causa de Tu futuro será Tu presente. Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo, piensa menos en tus problemas y más en Tu trabajo y tus problemas sin alimentarlos morirán. Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos. Quien conoce a los hombres es inteligente. Quien se conoce a si mismo es iluminado. Quien vence a los otros posee fuerza. Quien se vence a si mismo es aún mas fuerte. Quien se conforma con lo que tiene es rico. Quien obra con vigor posee voluntad. Quien se mantiene donde encontró su hogar, perdura largamente. Morir y no perecer, es la verdadera longevidad. Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia. Admitamos que hayas resuelto el enigma de la Creación. Pero ¿cuál es tu destino? Admitamos que hayas despojado de todas sus vestiduras a la Verdad. Pero ¿cuál es tu destino? Admitamos que hayas vivido cien años felices y que te esperen cien más. Pero ¿Cual es tu destino? Si en verdad queremos amar, tenemos que aprender a perdonar. Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas. Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama. Quien no ha tenido tribulaciones que soportar, es que no ha comenzado a ser cristiano de verdad. Aprueba a los buenos, tolera a los malos y ámalos a todos. Cuando oramos hablamos con Dios, pero cuando leemos su palabra es Dios quien habla con nosotros. “¿Quieres ser feliz por un instante? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡PERDONA!”
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