Por: Bingen De Arbeloa - ucez@cantv.net - Leí un artículo que me obligó a reflexionar ante las elecciones del 23 de noviembre y que comento a continuación. 1) El artículo indica que "el socialismo supone la propiedad de los factores de producción". Hay que tener claro que el socialismo moderno (Nórdicos, Inglaterra, España, Chile, Brasil) respeta y promueve tanto la propiedad privada como los factores de producción. Es el comunismo y sus variantes el que somete los factores de producción y la propiedad privada al Estado a como dé lugar. No deberíamos confundir socialismo moderno con plena libertad respeto a la propiedad privada y los DDHH con el totalitarismo que el régimen disfraza con el lema de socialismo del siglo XXI. Son cosas totalmente diferentes. 2) No olvidemos que el régimen está constriñendo y pretendiendo expropiar y/o apropiarse de todo el sector privado. Trágicamente observamos cómo se evidencian estos intentos con diferentes tácticas, que involucran a importantes empresas e instituciones privadas del país como son la Coca-Cola, Grupo Polar, banca privada, medios de comunicación, CTV, Iglesia católica, Fedecámaras, etcétera. Este modelo comunista está dirigido a tales fines como lo pregona su máximo dirigente. Ahora, éste trata de imponer los objetivos que lo inspiran desde el año 1992, cuando dirigió el golpe de Estado. Recordemos los "zarpazos" que propició su ideología, a partir de la victoria de su maestro Fidel Castro (carupanazo, porteñazo, caracazo, El Encanto, etcétera). 3) Al final el artículo indica que "...el Gobierno ha desperdiciado una década hundiendo al país en el atraso..." Para quienes defendemos la democracia, los DDHH y la propiedad privada, podemos hablar de que el régimen está hundiendo al país. Pero desde la óptica de éste está obteniendo éxitos mayores de los que esperaba, ante la complacencia, indulgencia y hasta aprovechamiento de muchos (ni-ni). Lo que enfrentamos en Venezuela no es el socialismo del siglo XXI, sino el comunismo del siglo XXI, por los restos de la Unión Soviética y Europa Oriental. Éstos, acompañados por los que pescan en rió revuelto, Irán y China y los lacayos de Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Pero lo importante, nos enfrentamos a los complacientes, los corruptos, los apátridas, los que se benefician económicamente a costa de esta década perdida (¿podrida?) y los que no voten...
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