miércoles, 29 de octubre de 2008

El Águila y la Gallina


El Águila y la Gallina - Por: Leonardo Boff - Cómo el ser humano se hace humano - Leonardo Boff es una de las figuras más representativas de la reflexión teológica. Este reconocimiento le viene dado en el hecho de ser uno de los principales mentores de la teología de la liberación, desde la cual ha hecho significativos y profundos aportes al pensamiento teológico católico. A diferencia de teólogos como Jon Sobrino e Ignacio Ellacuría, poseedores de un estilo y pensamiento complejos, Leonardo Boff, con la característica sencillez franciscana, hace alarde en su exposición así de profundidad como claridad de estilo. Esta dimensión de su trabajo intelectual hace de Boff una persona con un buen nivel de aceptación y acogida en un público muy variado.La figura de Leonardo Boff es, igualmente, una de las más controvertidas. Por un lado, como teólogo de la teología de la liberación y como líder de una pastoral centrada en los contenidos de dicha teología, se ha situado críticamente frente a aquellas instancias en las que ha reconocido una oposición al acontecimiento del reino de Dios. De allí que obras como “Iglesia, carisma y poder”, en su primera versión, le hayan valido serios llamados de atención por parte de la jerarquía eclesiástica. Por otro lado, desde hace pocos años Leonardo Boff abandona la Orden de los Frailes Menores y el ministerio sacerdotal, situándose en una posición de laical dentro de la Iglesia. Abandona la Orden de San Francisco, pero no el espíritu franciscano. Abandona el ministerio sacerdotal, pero no su compromiso de servir al acontecimiento del reino de Dios.La trayectoria intelectual de Leonardo Boff está marcada por dos etapas que pueden delimitarse a partir del curso cronológico de sus obras. En la primera etapa su orientación intelectual está marcada por la reflexión de los grandes tópicos de la teología dogmática, desde la perspectiva de la teología de la liberación. A esta etapa pertenecen los grandes temas correspondientes a la cristología, a la eclesiología y a la teología de la gracia, con pequeñas obras sobre los sacramentos y la escatología. La segunda etapa de su carrera intelectual está orientada por la reflexión en torno a la antropología y a la espiritualidad. En esta etapa se inscriben sus obras en torno a la ecología. Esta segunda etapa está caracterizada por el predominio de lo narrativo sobre lo especulativo y de lo práctico sobre lo teórico.En esta segunda etapa del pensamiento intelectual de Boff se sitúa “El Águila y la Gallina. Cómo el ser humano se hace más humano”. El punto de partida de esta obra lo constituye una sencilla narración del educador africano James Aggrey, reconocido como uno de los principales promotores de la independencia de Ghana respecto del dominio inglés. En síntesis la historia versa sobre un águila que, sufriendo un accidente, cae en manos de un hombre que la encierra en un gallinero; el águila crece con las gallinas y asume un “estilo” de vida propio de las gallinas. En un momento dado, llevada de la generosidad de alguien, el águila recupera su naturaleza propia y puede abandonar una forma de vida que no le era propia, el estilo de vida de las gallinas. Esta sencilla historia es la base para que James Aggrey haga caer en cuenta a sus conciudadanos de que la verdadera liberación comienza a partir de la liberación de la conciencia de todos aquellos condicionamientos que le han venido por la vía del imperio y la dominación.Leonardo Boff, valiéndose del género judío del “midrash-hajalá”, “completa” la historia con otros elementos para luego tomarla como punto de partida de una reflexión en la que va desglosando los distintos aspectos de la vida humana en que se entremezclan estas dos dimensiones: la dimensión gallina y la dimensión águila. En el último capítulo de la obra, a modo de recapitulación, dice: “La gallina expresa la situación humana en lo cotidiano, en el círculo de la vida privada, en los hábitos y tradiciones culturales, en la dimensión inevitable de limitaciones y de sombras que marcan la vida; en una palabra, en su inmanencia. El águila representa la misma vida humana en su creatividad, en su capacidad de romper barreras, en sus sueños, en su luz, en resumen, en su trascendencia. Ambas se complementan. Traducen el dinamismo humano, enraizado por una parte y siempre abierto por otra.” (91-92).Esta obra de Boff bien merece la consideración de una excelente muestra de creatividad antropológica, pues desde una sencilla narración es capaz de realizar todo un ensayo sobre el imperativo del ser humano a vivir la trascendencia desde su inmanencia. Esta obra, además, se sitúa dentro de un radio de acción universal. En efecto, aunque Leonardo Boff es cristiano católico, no escribe para un público cristiano… ni tan siquiera para un público religioso. Su comprensión es mucho más amplia, es la comprensión del ser humano que está situado en el mundo e inmerso en medio de condicionamientos que lo pueden reducir a dimensiones infrahumanas, pero que también lo pueden impulsar a alcanzar su más genuina realización en una existencia humana transparente y auténtica. Por esta razón, la obra que comento tiene implícito un fuerte contenido crítico frente a todas aquellas formas y modos de dominación que impiden que el ser humano concreto y real alcance el vuelo de su más alta trascendencia. Finalmente, por su sencillez de estilo, esta obra puede alcanzar al más variado público, que no esté familiarizado, incluso, con el lenguaje de las ciencias positivas, de la teología y de la filosofía. Al final, el libro recoge un glosario con las palabras y nombres que pueden dificultar la comprensión del texto.Quizá la deficiencia que puede tener la obra de Boff es el énfasis marcado que hace en los elementos de deshumanización que vienen de fuera del ser humano. La mención que hace del mundo de los complejos, las represiones, los bloqueos emocionales… no es muy evidente, aunque estas realidades también se dan por supuestas en la obra.

1 comentario:

  1. MUY BUENOS DIAS: Es muy reciento el descubrimiento que hice de este Sr. Leonardo Boff. No fui por iniciativa mía. Sino por un una pareja amiga de nuestra Familia, de hace alrededor de cuatro décadas.
    Me gusta como recrea el cueno de Anthony De Mello. El águila que se creía gallina. Una metáfora de la vida humana.
    Qué está pasando en la Iglesia. Que los iluminados se van. Abandonan los votos, que oportunamente hicieron, y se ponen en pareja?
    Lo que más siento es que la política del VATICANO hace caso omiso de todo lo que ocurre. Y el celibato, medida pastoral, en ningún momento lo cuestionan. No soy quién para cuestionar y mucho menos poner en tela de juicio la política del Vaticano. Pero sólo puedo dar testimonio de una realidad. Hace 50 años que vengo observando cómo la Santa Sede sigue manteniendo los mismos criterios respecto de la vida reliosa.RAPS.

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