miércoles, 29 de octubre de 2008

El fin de la revolución con plata



Por: Elides J. Rojas L. - erojas@eluniversal. com - Ya el jefe lo dijo: "Si Fidel pudo nosotros también". Lo que viene es hambre pareja. La crisis financiera global y su impacto en los precios petroleros es en la práctica un misil directo a la barriga de la revolución. Recordar que este proceso no tiene pecho sino panza. Ya el jefe máximo admitió, a su manera, que habrá efectos. De hecho dijo que si el barril llegaba a siete dólares la revolución seguiría hasta la victoria final. "Si Cuba lo hizo nosotros también", afirmó emocionado al tanto que avizoraba esa suerte de mandato miserable que lanzó hace años y que con toda seguridad no será aplicado ni entre su familia ni entre la cúpula del proceso y menos por "largo", "cabeza blanca" o aquellos gobernadores, ministros y militares de mejor visión futurista: "si hay que andar desnudos por la revolución, pues lo haremos". Como sea. El precio petrolero en barrena nos hará pasar de un socialismo rico, de magnates soberbios, dirigentes obesos y maletines generosos a un socialismo castrista muy pobre. No hay otro. Hundidos en la pobreza y en el disfrute de las más rojas rojitas carencias. Como en Cuba, sencillamente. Y el militar mayor hará lo posible por llevar al país hasta allá sin importar que comunismo y miseria es lo mismo. Pero, es bueno saber que el mandato supremo de andar como el niñito de Toddy solamente por asegurar el privilegio de acompañar a Jesse Chacón, a Willian Lara y a Diosdado Cabello, entre otros mártires, en eso de vivir como si estuviéramos en La Habana , no viene solo. Ese decreto se ejecuta acompañado. No hay luz, saque las velas. No hay arepas, la opción es topocho frito. No hay gasolina, camine. No hay carros ni repuestos, trote. No hay pan, habrá tostón pisado. No hay colegios, pues clases debajo de los árboles. No hay agua, recoja cuando llueva. No hay con qué importar zapatos, amárrese un par de conchas de coco. No hay más edificios para invadir, hablen con Tobías Nóbrega y sus socios expertos en compraventa inmobiliaria. No hay asfalto para tapar huecos, pues pídanle prestado algo a Evo. No hay armas para el glorioso Ejército Bolivariano, pues pídanle algo a los Durán y compañía que bastantes comisiones compartieron en estos 10 años. No hay nada para los hospitales. No hay problema. Nunca ha habido. Que los médicos cubanos tienen tres meses que no cobran, pues que tranquen la autopista como hace cualquier trabajador revolucionario. Que la Vinotinto no tiene para ir a jugar a Buenos Aires. Que no vaya. Total, igual es pura pérdida. Que la oposición ganó 16 gobernaciones. No importa. Igual no hay real para los estados. Que cerraron los Mercal, pues arranque su cultivo organopónico. Que Lula dejó de mandar pollos porque no le pagaban, inaugure entonces su gallinero vertical. Que la playa de Macuto está podrida, pues exija una colita en helicóptero hasta La Orchila y un par de botellas de whisky. Derecho revolucionario. Todo sea por el líder y el socialismo. Patria o muerte. Lo que quiera el jefe.

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