martes, 24 de febrero de 2009

Chávez, ¿un triunfo efímero?


Por: Alfredo Rangel - Chávez fue muy previsivo al jugar la carta del referendo antes de que se empezaran a sentir los efectos negativos de la crisis. Respetable la decisión del pueblo venezolano. Aunque no estuvo rodeada de plenas garantías para la oposición y al parecer en favor del 'Sí' fueron muchos los abusos de poder por parte del gobierno, el referendo obtuvo una mayoría suficiente para hacer posible la reelección continua del Presidente, los gobernadores y los alcaldes en Venezuela. Pero el país quedó dividido en dos partes casi iguales y por ahora irreconciliables. Hay que reconocer que la convocatoria a ese referendo fue una jugada inteligente y audaz de Chávez. Su citación tomó por sorpresa a una oposición dispersa y agotada electoralmente, y de esa sorpresa nunca se repuso. En efecto, el Congreso chavista aprobó la reforma constitucional a los pocos días de realizados los comicios regionales y el referendo se convocó para unos pocos meses después. Así, mientras la oposición recargó el esfuerzo en el movimiento estudiantil, no tuvo un vocero fuerte y no pudo articular una campaña consistente, el gobierno movió toda su maquinaria burocrática y su poder económico, al tiempo que Chávez lideró casi sin oposición su propia campaña. Esto le permitió al gobierno remontar el resultado negativo que había obtenido en el anterior referendo reeleccionista 14 meses antes. Adicionalmente, Chávez fue muy previsivo al jugar la carta del referendo precisamente antes de que se empezaran a sentir en forma aguda los negativos efectos que la crisis económica producirá en las finanzas del Estado y en el nivel de vida de los venezolanos. Por esta misma razón tendría la intención de anticipar las elecciones, aun cuando no es clara la legalidad de esta iniciativa.Sin embargo, a futuro no es descartable que la victoria de Chávez en el referendo se convierta, paradójicamente, en su gran derrota, si no logra sortear con éxito la crisis económica y mejorar la seguridad ciudadana. Chávez podría ser derrotado en las elecciones presidenciales de 2012. Incluso antes, en las parlamentarias de 2010. Venezuela sufre de estanflación, esto es, decrecimiento económico (se calcula -1,7 por ciento del PIB en 2009-), más inflación (30 por ciento en 2008, 35 por ciento en 2009, la más alta de la región). La inseguridad se ha multiplicado desde el ascenso de Chávez , y la crisis económica podría agravarla aún más. Los asesinatos se han triplicado, la tasa de homicidio de Caracas es cuatro veces más alta que la de Bogotá , y la tasa de secuestro de Venezuela es mayor que la de Colombia. La corrupción, la ineficiencia, el desabastecimiento y el despilfarro superan todo cálculo.Así las cosas, a pesar del éxito del referendo, la reelección de Chávez no es un hecho, es sólo una posibilidad. Dependerá de la evolución de la situación en Venezuela y de la capacidad de la oposición para unificarse tras un liderazgo firme con una alternativa política atractiva. Lo cierto es que la oposición, aunque fue derrotada, logró en el referendo su mejor votación en 10 años de chavismo, confirmando su tendencia a seguir ampliando su aceptación popular.Los colombianos debemos observar con prudencia la situación de Venezuela. El hecho es que Chávez le ha volteado la espalda a las Farc, no por convicción pacifista o democrática, sino por puro cálculo, pues entiende la debacle política y militar de ese grupo guerrillero. Y dado que la situación de las Farc es irreversible, también lo será la nueva postura de Chávez. Así, una vez superado este escollo, que fue el origen de las recientes confrontaciones diplomáticas entre los gobiernos de Colombia y Venezuela, las relaciones bilaterales entre los dos países han tendido a normalizarse, se han renovado sus embajadores, la agenda de integración se ha ampliado y los contactos institucionales de alto nivel han aumentado. En adición, la llegada de Obama elimina el sustento del discurso anticolombiano de Chávez que señalaba a Uribe como la punta de lanza de la supuesta conspiración del 'imperio' contra la 'revolución bolivariana' . De otra parte, un Chávez empobrecido por la caída del precio del petróleo de 135 dólares a sólo 35 dólares, tendrá menos margen de maniobra para seguir alborotando el vecindario. Obligado por el deterioro de la situación interna de Venezuela, Chávez tendrá que reducir o eliminar las subvenciones a los regímenes políticos amigos en la región. Su 'petrodiplomacia' perderá fuerza y otros gobiernos más serios, como el de Brasil, ganarán, afortunadamente, aun más prevalencia en el área. Rusia e Irán verán debilitarse su socio en contra de la hegemonía de Estados Unidos en la región. La pobreza tal vez 'normalice' a Chávez, lo obligue a aplazar sus reformas radicales al interior y debilite su agresiva diplomacia. Ya veremos.

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