viernes, 27 de febrero de 2009

Los médicos cubanos en Venezuela


Por: Francisco Kerdel Vegas - Médico venezolano, fue embajador en Gran Bretaña, Francia y la UNESCO. (c) - www.aipenet.com - Según Wikipedia, la Misión Barrio Adentro "es un programa social promovido por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, con ayuda del gobierno de Cuba, que se caracteriza en la utilización de médicos cubanos y venezolanos, para ofrecer servicios de salud a la población venezolana en las zonas pobres del país (llamados barrios), en ambulatorios pequeños construidos y dotados de insumos médicos en zonas inaccesibles y que quedan lejos de los hospitales". Es imposible hacer una evaluación objetiva de este programa, que emplea a 15.005 médicos cubanos y a 3.069 odontólogos cubanos, junto a 1.079 médicos venezolanos, 1.367 enfermeras venezolanas y 2.061 venezolanos en "otras categorías", según el Ministerio de Salud. El problema fundamental es que estos médicos cubanos (que dejan rehenes familiares en la isla para garantizar su lealtad e impedir su defección) tienen impuesta una tarea adicional a la propia de su profesión, que es la de adoctrinar a la gente humilde de los barrios, en las supuestas bondades de la revolución bolivariana. En materia de salud, la típica carencia de recursos humanos de los países en vías de desarrollo no es de médicos sino de enfermeras y técnicos. Psicológicamente, la Misión es un éxito asegurado y no podía ser de otra forma, dado que las estadísticas a nivel mundial revelan que el 80% de las consultas de atención primaria obedecen a problemas que se resuelven por sí solos, sin intervención médica alguna. Es cierto que la población humilde se siente más asistida con un ambulatorio próximo, con médicos residentes que están permanentemente allí, algo que los médicos cubanos estaban dispuestos a hacer, incluso en las condiciones improvisadas del inicio, debido a que las condiciones de calidad de vida en Venezuela son superiores a las que tenían en Cuba. Dado el actual estado de abandono de la red de hospitales públicos venezolanos se crea un "cuello de botella", ya que aquellos pacientes que requieren hospitalización son referidos a estas instituciones donde todo falta, con excepción de los médicos. Pero, ¿qué pueden hacer los médicos, cuando, o bien no pueden ingresar a los enfermos por falta de camas o, cuando las hay, carecen de equipos, medicamentos y demás insumos necesarios? Los problemas de mal praxis constituyen un problema harto complicado, por cuanto las credenciales y conocimientos de estos supuestos médicos cubanos jamás han pasado por los exámenes de reválida que exige la ley venezolana y, por lo tanto, hay fundadas sospechas de que muchos de ellos no tienen la formación necesaria. Si hubiesen presentado exámenes de reválida ya tendríamos un criterio formado al respecto; en su ausencia tenemos que guiarnos por indicios aproximativos. La pregunta válida en estos casos es saber acerca de la formación universitaria y hospitalaria de los médicos cubanos y si el modelo de salud pública de Cuba es el que nos conviene en Venezuela. El distinguido colega, neuro-oftalmólogo, docente, académico e investigador, Dr. Rafael Muci Mendoza, fue invitado a participar en una misión científica a Cuba con motivo de la epidemia de neuropatía óptica cubana, que llegó a afectar a más de 50 mil personas en aquella isla en 1993. Durante tres largos años se mantuvo en secreto tal padecimiento. Se sospechaba que se trataba de una nueva enfermedad viral. La realidad resultó devastadora para el régimen: "el hambre y la miseria fueron la razón etiológica última". Termina su escrito el Dr. Muci en forma de grave admonición: "La vivida experiencia que hemos relatado tiene por afán promover una lección para aprender y un ejemplo que nos induzca a proteger, a todo coste, la libertad y la dignidad del hombre. Que los párrafos precedentes sean un mensaje de tristeza y alegría al mismo tiempo; esta última para congratularnos por esa libertad que aún disfrutamos, que no apreciamos y que podríamos llegar a perder..." (Gaceta Médica de Caracas 2001; 109 (2):270-275). (AIPE).

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