miércoles, 25 de febrero de 2009

Mensaje a la nación


Por: Elides J. Rojas L. - La crisis económica retrasará los espectaculares beneficios del socialismo en Venezuela. La verdad es que no sé exactamente cómo comenzar esta cadena nacional. Eso es raro. Muy raro. Si de algo no sufro, ni he sufrido nunca, es justamente de miedo escénico. Tampoco me ha temblado el pulso para desdecirme o recular. Basta recordar el caso del Banco de Venezuela o el del Sambil. Ni pena me da. En eso estoy curado. La mentira tampoco me asusta. Las digo como cualquier político, aunque en algunas oportunidades debo reconocer que se me va la mano. Pero, vamos, tampoco es tan grave. Lo que ocurre, y ese es el caso de la cadena de hoy, es que les voy a decir una verdad grave y dura. La mamá de las verdades. Queridos compatriotas revolucionarios, ¡estamos quebrados! Absolutamente hundidos en la miseria. Somos una nación en estado de pobreza crítica. Lo que viene es eneas con burundanga. La revolución está limpia. ¡Uff! Ya lo dije. Ahora, soldados de la revolución, ustedes se preguntarán que cómo es eso de que estábamos blindados, de que el socialismo es inmune a los males del capitalismo, que el capitalismo estaba muriendo, que aquí no entraba ni coquito. Fácil. Otra mentira. Y grandota. La clave, la prioridad, era sacarles el voto en febrero, poder reelegirme eternamente con ese CNE que sí está efectivamente blindado y quitarme esa preocupación tan grande que no me dejaba ni trabajar. La cosa es sencilla. Aquí no producimos nada. La revolución necesita otros 50 años para siquiera empezar a producir marranos y mangos. Lo único que tenemos es petróleo y hasta en eso estamos fallutos. Pdvsa está en la lona. Igual pasa con las empresas de Guayana. Dependemos exclusivamente de la salud del capitalismo mundial, muy especialmente de Estados Unidos, para que los grandes imperios consuman bastante crudo y nosotros lo vendamos más caro. Así podemos decir, coba al fin, que estamos haciendo una revolución y que seremos una potencia mundial. Pero, si falla el capitalismo, nuestro socialismo se embarranca. Así que tendremos que tomar una medidas muy dolorosa. Habrá que detener el poderoso plan que hemos desarrollado en estos 10 años de construcción de viviendas, suspender el desarrollo del Eje Apure-Orinoco, paralizar el programa de reconstrucció n y asfaltado de calles, congelar el excepcional impulso agrícola que adelantaba la revolución, frenar el proyecto Cero niños de la calle y Miseria cero que ha dado tan buenos resultados. No podremos continuar las inversiones en el sector eléctrico ni podremos concluir la modernización de la red vial del país. Y, lástima, se retrasará el vertiginoso desarrollo turístico que ya se estaba notando. Entenderán que tendremos que suspender el plan contra la inseguridad y el crimen que era todo un éxito y también sufrirá el proyecto de pleno empleo que todos disfrutábamos. Y, además, devaluaremos el bolívar fuerte. Pero, tranquilos. Yo estoy al frente.

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