jueves, 12 de febrero de 2009

El que tenga ojos ¡que vea!


Por: Vinicio Guerrero Méndez - vinguerrero@hotmail.com - Al emitir tu voto estará en tus manos que tus hijos puedan o no postularse en un futuro ó nunca más en acciones políticas. O sea, no tendrán derecho a gobernar sino a ser gobernados. Recuerda que estarás decidiendo si regalar o no un poder para que un hombre se perpetúe como dueño y señor de tu país, que a propósito en diez años de auto- bonanza regaló, dilapidó, devaluó nuestra moneda, destruyó nuestros valores tanto morales como espirituales, nos incitó al odio y la desunión entre hermanos, inventó magnicidios inexistentes, promulgó la delincuencia, incrementó la inseguridad y como si fuera poco el enriquecimiento ilícito entre sus seguidores e hizo gala del abuso de poder. ¿Podrías decirme que después de diez años de hablar sin gobernar, regalar lo que no es suyo, secuestrar por horas y a su antojo la opinión del pueblo con kilométricas cadenas para acusar y amenazar, burlarse y abusar de nuestra Carta Magna, estamos mejor que ayer? ¿Podrías explicarme porque ha violado a su antojo nuestra Constitución? ¿Acaso no te importa? Quizás no. Solo recuerda que tu decisión entregaría o no, en manos de un Herodes moderno, tú propia sangre, la de tus hijos y los hijos de tus hijos. Mira pues los hijos de Israel; ¡Jesús no tenia armas! Fue el imperio Romano quien lo acosó y crucificó. Las armas de TUS HIJOS son sus manos pintadas de blanco, para luchar por su derecho y anunciar como Jesús, LA PAZ. ¡Me parece sorprendente! La historia vuelve a repetirse… mira cuántos Judas se han multiplicado para volver a entregar la sangre de Jesús, por el mismo puño de monedas de ayer. ¡Que tristeza! Después de dos mil años, una vez más, terminamos juzgando ignominiosamente a Jesús en nuestros propios hijos y volvemos a darle libertad a Barrabas y su banda. Si, abre tus ojos él anda suelto haciendo de las suyas, cometiendo todo tipo de crímenes, vejámenes, secuestros, robos con total impunidad, con la complacencia del estado; y los inocentes nuestros propios estudiantes por solo protestar o reclamar su derecho a la vida y su futuro, es un delito. Mira pues los golpean, amenazan, meten en prisión, fichan de delincuentes además los imputan. Verdaderamente mis estudiantes SON VALIENTES. Igual que ayer los mismos soldados del rey, policiales y romanos persiguiendo a nuestros apóstoles de hoy, nuestros propios hijos ¡que cosa no! Dicho lo dicho, si no luchas por lo que amas y le preparas un futuro mejor, tus hijos mañana no gozarán de sus derechos, simplemente porque tú regalaste su futuro y por si fuera poco, te tomaste el abuso de garantizar con el voto su propia sangre y la de tus nietos. Es increíble! Es tanto el fanatismo que seriamos capaces después lavar nuestras manos cual Pilatos, ignorando que algo llevaremos de esa sangre en nuestras propias manos. ¡Que lastima que aún no tengas ojos para ver!, pero me consuela que al menos los tendrás para llorar! Afectuosamente, Imperfecto.

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