domingo, 8 de febrero de 2009


Por: Énder Arenas Barrios - Sociólogo - Si alguien ha prometido vainas en este país ese es el presidente Chávez. No bien entró al Ateneo de Caracas en su gran noche de gloria y allí mismo, el 6 de diciembre de 1998, inspirado, todavía con ruidos de distensión de gases en el estómago, prometió que no habría más niños de la calle, lo hizo de una manera que luego se nos hizo familiar: "Declaro -dijo- que no permitiré que en Venezuela haya un solo niño de la calle, y si no, dejo de llamarme Hugo Chávez Frías". ¡Ja!, hoy los niños y niñas de la calle se transformaron en adolescentes y tuvieron hijos en la calle, y por allí andan dos generaciones de muchachos pateando plazas... con hijos a cuestas. El Presidente sigue llamándose Hugo Rafael. Algunos años después, en el 2005, Chávez se dejó de pendejadas. Aclaremos que, si algo caracteriza al Presidente no es pararse en tonterías a la hora de prometer la vaina que se le ocurra mientras delira frente a un micrófono, y así prometió sacar toda la porquería del río Guaire e invitó a todos los caraqueños a bañarse en él en el plazo de un año, invitó a pescar bocachicos y a llevar recao de olla para cocinar en sus riberas el sancocho de rigor. Cuatro años después la hediondez de siempre sigue recorriendo Caracas, pues, el Guaire sigue apestando. Chávez es, en sí mismo, una falsa promesa. De eso podemos dar fe todos los venezolanos: El 4 de febrero un joven militar, espartano y chupado, habló poco y se hizo responsable. Seis años después los venezolanos le dieron el voto a ese hombre que parecía garantizar pocas palabras y mucho gobierno. Pero he aquí que el hombre se ha transformado en un perifoneador. Habla y promete, pone primeras piedras y habla, presenta proyectos conjugando el verbo "hacer" en futuro: "Haré del Palacio de Miraflores la universidad más grande de América Latina", "haré de La Carlota el parque temático más fantástico del mundo (con olas artificiales y todo)", eso fue en el 2001, cuatro años después nos dijo: "Aquí en La Carlota haré el conjunto residencial más moderno y digno". Pero lo peor de todo es que no se hace responsable de nada, todo es culpa de otros: el imperio, los escuálidos, Uribe, la oligarquía, la naturaleza que desde 1812 la tiene cogida con el país y hasta la mamá de Tarzán ha sido nombrada más de una vez. No recuerdo promesa que haya sido cumplida salvo la de joder. O quizás haya una promesa cumplida por el Presidente: fue una noche de febrero, Día de los Enamorados, estaba el balcón del pueblo, miró la luna frente a él, estaba delirando el "pueblo", miró a su esposa que estaba aburrida oyéndole, entonces le dijo a todo pulmón: "Mi amor, esta noche te daré lo tuyo", la gente deliraba pensando para sus adentros "esta promesa sí la cumplirá", aunque nadie vio ni escuchó cuando la primera dama susurró: "Esta noche no, tengo dolor de cabeza".

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