sábado, 7 de febrero de 2009

Núcleos para el Cambio


Por: Robin Rodríguez - Se aproxima una crisis de magnitudes incalculables, la cual se conjugará con el desastre provocado por la actual administración; producto de su incapacidad para gobernar, la corrupción y el derroche de enormes recursos en cosas no prioritarias para el país, como compras de armas y la regaladora de dinero en el exterior. Ante esta situación, estamos obligados a construir una fuerza popular dotada de un proyecto de país y una plataforma de lucha que resuma las necesidades y reivindicaciones de los trabajadores, campesinos, productores nacionales y del pueblo en general. Ha quedado demostrado que los espacios en la lucha política, no son cedidos espontáneamente por los factores que se lo disputan, solo la fuerza y la contundencia de determinada corriente política o social es la que se impone; por ello es que los trabajadores junto a los campesinos, amas de casas, estudiantes, militares de mentalidad nacionalista, empresarios progresistas y religiosos de avanzada, debemos organizarnos en los NÚCLEOS PARA EL CAMBIO que serian organizaciones de base integrada por un mínimo de 3 personas en su sitio de trabajo, residencia o estudio. En el caso de aquellas personas que laboren en instituciones públicas o tengan algún impedimento para declararse abiertamente miembro de esta instancia unitaria, pueden integrarlo con la discreción del caso, ya que lo fundamental es organizar a los venezolanos dispuestos a luchar en contra esta falsa revolución, evitando a su vez que los culpables del desastre de la Cuarta Republica regresen al poder. Los NÚCLEOS PARA EL CAMBIO constituyen una instancia de unidad desde la base, sin que esto signifique una corriente apolítica ni antipartido. Su objetivo principal es construir la fuerza social que luchará para cristalizar las transformaciones que reclama la patria. Son instrumento de carácter estratégico que evitaran que el debate político siga limitándose a temas coyunturales o circunstanciales, ya que estos falsos revolucionarios han aplicado conflictos y escándalos como mecanismos de distracción del pueblo, para evitar la discusión sobre los cambios que aun sigue anhelando la población y que ellos no están en capacidad de cristalizar. Durante el mandato del bipartidmo, el chiripero de Caldera y los 10 años de Hugo Chávez, se ha profundizado la entrega de la soberanía económica del país, originado deformaciones que nos conllevan a la dependencia de la venta de petróleo y de la importación de la mayoría de las cosas que consumimos y utilizamos; cuestión que ha generado desempleo y subempleo (conocido popularmente como los mata tigres); clientelismo político y utilización de las necesidades del pueblo, ya que los factores que sustentan el gobierno, controlan las riquezas de la renta petrolera, a la vez que han condenado al país a colocar sus riquezas financieras en manos de los monopolios que controlan el mercado mundial. Para superar el subdesarrollo económico y tecnológico; elevar la calidad de nuestro sistema educativo; acabar con el asqueroso uso clientelar de los recursos del Estado; lograr una verdadera democracia que garantice el protagonismo de los sectores populares, más allá del voto; erradicar la violencia y discriminación por causas política; superar las deficiencias en los servicios públicos; atacar las causas sociales que han deformado la conducta de muchos jóvenes y niños, conllevándolos a la delincuencia, alcoholismo, drogadicción o al embarazo precoz; garantizar el combate a la corrupción en todas sus expresiones y lograr todos los cambios políticos, económicos y sociales que se requieren en el país, es necesario un nuevo liderazgo desligado de las cúpulas del pasado y de las nuevas cúpulas podridas que hoy en día gobiernan. Hay político y económicos que adversan a Chávez (con mucha presencia mediática), no encarnan los deseos de cambio del pueblo, su lucha es por el control del gobierno en aras de sus interés particulares, tal como quedo demostrado durante el breve pero repudiable gobierno de Carmona Estanga. De allí que necesitamos con urgencia la conformación de un referente político, puesto que la falta de una alternativa de carácter popular, progresista, nacionalista, revolucionaria y verdaderamente democrática, sigue representando el principal obstáculo para la conformación de una nueva mayoría. El régimen ha utilizado el repudio de la población hacia las cúpulas del pasado, para descalificar a todos los sectores que nos oponemos a su manera de gobernar; contando con la complicidad de algunos dirigentes sociales del pasado que por un cargo, un contrato o por el temor al caudillo, han terminado callados ante la corrupción, la entrega de la soberanía de la nación y la utilización de las necesidades de los mas pobres, quienes por migajas son obligados a complacer los capricho de un militar que aprovechó el vació dejado por la crisis del bipartidismo para encabezar un proceso que es revolucionario de palabra, neoliberal en lo económico, fascista o militarista en lo político y tan corrupto y entreguista como las cúpulas del pasado.

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