jueves, 6 de agosto de 2009

El paso de la luna


Por: GD Oswaldo Sujú Raffo - Foto: Estella Verde - Está demostrado que la Luna, por su fuerza de atracción, influye en las mareas y en otras actividades terrestres. La jerga popular como chanza ante cualquier dislate o loquera dice: "fue un paso de Luna y el sereno lo completó". En la región se han desatados unos vientos de conflictos y de prominencias de ideologías, que hasta la palabra Guerra resuena como trompeta infernal. El tcnel. dictador lo ha dicho públicamente, con ó sin disimulo, con la irresponsabilidad de quien no conoce el significado real de ese Cuarto Jinete del Apocalipsis . Traigo a colación una frase del fallecido líder soviético Nikita Kreuschev, quien en 1964 dijo : "Solo un niño o un loco no le temen a la Guerra, el niño porque no tiene edad para comprenderla y el loco porque Dios le privó la capacidad de entenderla”. Si bien es cierto que grandes adelantos científicos, que hoy ayudan al hombre en el campo de la salud, de la ciencias y de la tecnología, derivaron de las contiendas mundiales, también es cierto que el costo fue inmenso, la desaparición de millones de seres humanos, pueblos y ciudades, culturas y generaciones extraídas de su tierras ancestrales. Nuestro país afortunadamente en su historia reciente, ha estado libre de conflictos bélicos internacionales, que yo recuerde solo en la época de Cipriano Castro “El Cabito”, hubo por el Táchira una invasión de 2.000 soldados colombianos al mando de un venezolano, el general Rangel Garbiras, quienes ocuparon San Antonio, Ureña, Capacho (en donde no quedó intacta virgen alguna) y luego sitiaron San Cristóbal, la capital del Estado; pero el gobierno regional en un fuerte contra ataque , derroto la invasión con grandes bajas para ambos bandos. Lo curioso de este episodio histórico, fue que las tropas venezolanas victoriosas estuvieron comandadas por un general de origen colombiano. Luego Cipriano Castro en represalia, organizó una expedición punitiva contra Colombia, se reclutaron 4.000 hombres, y con la mayor improvisación e irresponsabilidad posible, producto de “un paso de Luna” de “El Cabito”, se lanzaron por la Goajira para atacar y ocupar Río de Hacha. Se dice que apenas regresaron como cincuenta hombres, famélicos, enfermos, heridos y hasta dementes. La mayoría falleció sin cubrir ni la mitad del trayecto, las plagas, la sed, las enfermedades, el ataques de los indios goajiros y el acoso de tropas neogranadinas fueron las causas de esta debacle militar. La improvisación es fatal en el asunto militar, se paga con montones de calaveras...Luego en las décadas siguientes, estuvimos ausentes de participar en los conflictos mundiales que estremecieron al Mundo. La I Guerra y la II Guerra Mundial, así como la Guerra de Corea , fueron escenarios ajenos para el soldado venezolano, sin embargo, en la década de 1960 al 1970, Venezuela y sus FAN tuvo que enfrentar la invasión marxista comunista cubana, derrotándola y salvando a la nación de ese peligro (qué ironía por lo que hoy sucede en esta tierra). Lo acontecido luego han sido fintas, bravuconadas y presiones con fines geopolíticos, como el caso de la corbeta “Caldas” en el Golfo de Venezuela y la respuesta contundente de nuestras FAN que, con todas sus limitaciones de la época, se concentró, se desplegó, se movilizó y ocuparon la LP (Línea de Partida) en apenas tres días y las aguas volvieron a su nivel. ¿Cómo se pueden entender las bravuconadas del tcnel. dictador, erigiéndose árbitro de lo que pasa en la región? Se nota que no asimiló el Curso de Estado Mayor y cree muy erróneamente que la cantidad de artefactos bélicos disponibles le permiten amenazar a diestra y siniestra, olvidando que existen otros factores vitales para el éxito de un conflicto bélico. El desconocimiento de los Principios de la Guerra que desde hace mas de 3.000 años han regido los enfrentamientos militares, es la causa de perdidas territoriales y la humillación de ejércitos. No se debe jugar con fuego y menos provocar una guerra, si no hay siquiera las condiciones mínimas para asomarla, pues hasta el derecho a la legítima defensa del Estado, puede ser invocado y provocar acciones anticipadas en virtud de ello. Un país que importa el 85 % de lo que consume no puede pensar sino en solventar sus ingentes problemas internos en lo económico, industrial, de salud, de educación, de soberanía política e institucional. Cualquier acción que ponga en peligro la soberanía nacional debe ser denunciada e impedida y más si deriva un conflicto entre países hermanados por la Historia. El tcnel. presidente, debe escuchar a su padre político Miquelena: ¡Renunciar ! y evitar así mayores desgracias para esta Venezuela tuya, mía y nuestra. ¡Cuidado con el paso de Luna! La Patria es primero. Fuera los invasores chulos y vividores. ¡Hasta luego !

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