Estando el águila en actitud majestuosa, desde la más alta cima, observó que un pequeño gusano trataba de trepar por aquella elevada roca, por lo que el águilla molesta le increpó: -¡Inmundo animal, ¿cómo es que has podido llegar hasta estas alturas?, a lo que el platelminto le contestó: -¡ARRASTRÁNDOME, SEÑORA!
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