Por: Ernesto García Mac Gregor - garciamacgregor@gmail.com - Por fin un texto sobre los resentidos sociales de Venezuela. El libro rojo del resentimiento, de la investigadora Ruth Capriles (de obligatoria lectura para comprender nuestra realidad social), nos relata que el sentimiento de frustración y envidia nace cuando el triunfo de alguien hace resaltar el fracaso de otro y éste, por su propia incapacidad, no puede superarse. Desde Ezequiel Zamora pasando por el delincuente Maisanta (bisabuelo de Chávez) y el mismo Presidente son buenos modelos de resentimiento. El resentido, dice Capriles, ve las cosas al revés y justifica toda acción destructiva. Se produce una inversión de los valores que convierte lo malo en bueno. El robo, el asesinato, la deslealtad, la destrucción del pasado, son justificados. Sin duda alguna, una gran parte de la base chavista encaja dentro de este perfil; seres con una vieja historia de odios y rencores acumulados. El innombrable ha exacerbado las peores pasiones, las usa en su propio beneficio y mediante la limosna de las misiones mantiene a los resentidos cautivos. Este libro debe ser tomado como base para dejar claro de una vez por todas que fundamentalmente existen dos tipos de venezolanos: Los optimistas laboriosos que triunfan con su trabajo generador de riquezas y que han hecho grande la Venezuela de hoy y los amargados pusilánimes que no solo no trabajan y viven de la tetilla de los gobiernos populistas sino que representan una fuerte carga para el Estado. Los primeros no tienen la culpa de la frustración de los segundos quienes únicamente piensan en como quitarle al que con tanto esfuerzo ha logrado triunfar en la vida. Chávez, concluye la autora, terminará debajo, destruido por los escombros de aquello que ha decidido destruir, pero pese a su deseo, Venezuela no se va acabar, el no la va a hundir, siempre habrá Venezuela. ¡Así sea! Que oiga quien tiene oídos...
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