miércoles, 3 de junio de 2009

Menopausia - Cuestión de actitud


Por: Annie Suarez - Coordenadas: Dra. Doris Di Giammarco - Ginecóloga y Obstetra - Centro de Diagnóstico Docente - Telf.: (0212) 909.1052 - La declinación de la función ovárica, que comienza a los 35 años y tiene su consumación a los 50, es natural y sus síntomas son inevitables. Aunque cada mujer lo enfrenta a su modo, lo recomendable es que sea con optimismo. Raquel ha decidido asumir esta nueva etapa como cualquier otra que ha podido vivir. "Como la misma adolescencia", dice con entusiasmo esta mujer, orgullosa de sus 50 años recién cumplidos. De hecho, asegura: "Haré una fiesta cuando ya no deba padecer las molestias de cada período menstrual". ¿Sentirse avejentada? ¿Desechada por la vida? ¡Jamás! Y… ¿por qué habría de asumir las cosas de esta manera? De acuerdo a su ginecóloga, ahora está climatérica y, cuando llegue la menopausia, sólo perderá su función reproductiva. Pero, por lo demás, sigue siendo la misma, jovial y preocupada por estar al día con las tendencias, para estar actualizada; dispuesta a hacer ejercicio y cuidar de su alimentación, para mantenerse saludable y en forma. Si bien es cierto que está divorciada y que sus hijos ya no viven con ella, está feliz de poder emplear sus horas libres haciendo todas aquellas cosas para las que antes no tenía tiempo, inclusive, verse con sus amigas para ir al gimnasio, tomarse un café e ir a la playa. "No voy a enfrentarme a la menopausia como lo hizo mi madre o mi hermana mayor. Ellas sintieron que todo había terminado, cuando todavía eran agraciadas y tenían mucho que dar. Dejaron de arreglarse y, sobre todo, de cuidar de su salud, lo cual es fundamental, sin importar la edad que tengas". ¿Y los cambios? "Constantemente, todos estamos sometidos a cambios, hombres y mujeres, por igual. De eso se trata la vida ¿no?", responde. De los 3.200 millones de mujeres que viven en el mundo, aproximadamente 20 por ciento tiene la edad de Raquel o más, lo que quiere decir que al igual que ella están atravesando el climaterio o ya son menopáusicas. NO ES LO MISMOCon frecuencia los términos climaterio y menopausia son usados para hablar de lo mismo. Pero esto no es correcto. "El climaterio comienza desde la cuarta década con la declinación ovárica. Por eso, durante este período ya pueden aparecer ciclos que no son totalmente aptos y se reduce la capacidad reproductiva", explica la ginecóloga y obstetra venezolana, Doris Di Giammarco. "En cambio, la menopausia es la interrupción definitiva de las menstruaciones, resultante del cese de la actividad folicular del ovario. Se diagnóstica en forma retrospectiva, porque son tomados en cuenta los doce meses previos de la vida de la mujer climatérica. Si no ha menstruado durante esos doce meses consecutivos y esto no responde a otra causa de tipo patológica o fisiológica, entonces ha llegado la menopausia. Generalmente, la última regla suele presentarse entre los 50 y 55 años. En el caso de las venezolanas esto está respaldado con un estudio hecho por le doctor Juan Yabur, en el Hospital El Algodonal de Caracas". Entonces, ¿a que puede deberse esta confusión de términos? "Son conceptos que tienden a mezclarse, porque la menopausia es un evento dentro del climaterio. Pero éste último corresponde a una etapa súper larga. Una mujer pasa la tercera parte de su vida en climaterio. Va desde la adultez a la vejez", aclara la especialista.Ahora bien, ¿cuándo aparecen los famosos calorones? ¿Con el climaterio o con la menopausia? De acuerdo a la ginecóloga las también llamadas oleadas de calor aparecen paulatinamente ya con la llegada del climaterio, junto a otras manifestaciones. "Además de estos bochornos, son experimentados trastornos menstruales, porque todavía en esa etapa no ha desaparecido del todo la menstruación. Puede evidenciarse resequedad de la mucosa vaginal, baja de la libido, pérdidas involuntarias de orina, urgencia miccional, insomnio acompañado de sudoraciones nocturnas, cansancio, falta de energía y aumento de peso. Pero no necesariamente todas las mujeres padecen todos los síntomas. Por ejemplo, estudios recientes han demostrado que tres de cada cuatro mujeres en Latinoamérica puede afrontar algunos de estos síntomas, sólo algunos". NO TODAS IGUALESNo todas las féminas afrontan esta etapa de la misma manera o padecen idénticamente los mismos síntomas. "Para entender esto es importante tener en cuenta que los cambios que trae consigo esta etapa abarcan tres instancias: cuerpo, mente y entorno social. Como ente bio-psico-social, una mujer interactúa todo el tiempocon su medio y, además, posee una experiencia previa al llegar a ese punto. Va a enfrentarse a esta etapa dependiendo de su cultura, su ética, sus valores, su estrato social, su formación, de cómo ha sido la vida y a qué tipo de pruebas la ha sometido". Para ampliar su explicación, la especialista retoma las declaraciones hechas por el doctor Néstor Siseles, presidente del XI Congreso Mundial sobre Menopausia, celebrado en Argentina en 2007. En opinión de Siseles, las mujeres que viven en zonas rurales y suburbanas asumen los cambios del climaterio de manera diferente que aquellas que viven en las grandes ciudades. Así, las profesionales o con trabajos que implican dedicación intensa, por lo general, habitantes de las zonas urbanas, sufren mucho menos las consecuencias de la menopausia, que las que se han dedicado exclusivamente a la maternidad, casi siempre las del interior del país. El experto aseguró que la aceptación de esta nueva etapa de la vida y la minimización de las depresiones, están directamente vinculadas con la satisfacción que la mujer haya o no encontrado en el rol de vida que asumió cuando ovulaba. Al parecer, las dificultades afrontadas por las climatéricas son más importantes todavía, cuando las mujeres centran sus expectativas en su descendencia, hijos o nietos, y no cumplen con las metas que se fijaron en su juventud.Asimismo, Di Giammarco recuerda algunos datos presentados por la Sociedad Internacional de Menopausia, durante el XII Congreso Mundial sobre Menopausia, un año después, según los cuales la ubicación geográfica está relacionada con la experimentación de síntomas específicos. Estas informaciones revelaron que las mujeres asiáticas y latinoamericanas tienen menos sofocos que las norteamericanas y europeas. Mientras que las anglosajonas manifiestan impaciencia, cansancio y necesidad de estar solas, los síntomas anímicos de las mediterráneas se refieren más a la ansiedad y el nerviosismo. Asimismo, las europeas y norteamericanas manifiestan su preocupación por síntomas físicos como sofocos, sudores, dolores de cabeza y musculares, sequedad vaginal y pérdida de apetito sexual. ¡A RETOMAR EL CONTROL! Sin importar de dónde sean y qué síntomas experimenten con mayor intensidad, Di Giammarco hace hincapié en lo primordial que es para las mujeres climatéricas contar con buena información. "Aquellas que están al tanto de lo que les está pasando, podrán hacerle frente a esta etapa con mayor seguridad, que aquellas que no lo están".Otro aspecto señalado por la ginecóloga es tener en cuenta la particularidad de cada mujer. "Debe recordarse que como sucede en cada etapa de la vida, cada mujer debe hacerse su traje a la medida. No todas tienen los mismos síntomas y por eso no todas tienen los mismos requerimientos". También es precisa la búsqueda de calidad de vida. "El climaterio puede sobrellevarse. Y es en este punto donde el consejo de un experto puede ayudar a manejar mejor las cosas. Los calorones no son insoportables, sólo duran un momento. El insomnio experimentado es producto de los mismos bochornos nocturnos, pero no impiden conciliar el sueño ni esto requiere de ansiolíticos. La irritabilidad, la depresión o el desánimo, tienen que ver con la caída de la dopamina, pero puede incentivarse la alegría de manera externa al salir a bailar, conversar con las amigas y buscar motivos para sentirse bien. Esto último también va a mejorar la libido. En el caso de la resequedad de la mucosa vaginal, pueden usarse cremas o lubricantes. La caída del piso pélvico -sólo es de milímetros, no es un prolapso lo que se produce-, puede mejorarse haciendo ejercicios y teniendo una buena alimentación para fortalecer los músculos de esa zona. Esto puede evitar también las pérdidas de orina involuntarias, que además pueden manejarse con el uso de toallitas sanitarias, porque esto no llega a ser incontinencia. En cuanto al peso, debe comerse menos y mejor, lo que además influirá en tener mejores huesos para evitar la osteoporosis". Por último, pero no menos importante, la especialista recuerda lo fundamental de asumir el climaterio de forma optimista. "De esta manera es posible enfrentar mejor los síntomas de esta etapa. Estar climatérica no significa estar enferma o padecer de alguna endocrinopatía. Es natural. Igualmente, es preciso recordar que la juventud está en la mente y en cómo vemos las cosas. No existen razones para perder condiciones al llegar el climaterio. No hay por qué dejar de hacer aquello que se acostumbraba. Sin duda, la vida puede ser plena en todo sentido".

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