miércoles, 17 de junio de 2009

Y sigue el entierro


El comunismo se caracteriza por el control del Estado de los medios de producción, y por ende por el control de los canales de distribución. Los primeros pasos del Gobierno en ese control, los dio con la creación de la Red Mercal, y posteriormente con PDVAL. La función de ambas es copar los espacios de la distribución al detal de alimentos y víveres, en las clases sociales más pobres del país.Ahora con la toma de las almacenadoras de los puertos de Maracaibo, La Guaira y Puerto Cabello, el Gobierno de Hugo Chávez está copando el tráfico nacional de bienes y alimentos a nivel de mayoristas. Todo ello bajo el supuesto de ir en pos de la cacareada soberanía alimentaria, que hasta los momentos ha sido una mera ficción. Este nuevo paso contra la cadena de distribución nacional viene a sumarse a otros ya en pleno desarrollo, entre ellos: 1) La vigilancia, supervisión y verificación de cada silo del país, que fue establecido en la Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria, uno de los últimos 26 decreto-ley habilitantes. Entre otras cosas, según esta ley, las milicias bolivarianas, bajo el mando del la Superintendencia Nacional de Silos, Almacenes y Depósitos Agrícolas (SADA) son el órgano corresponsable de la custodia permanente de las instalaciones y del contenido de las reservas agroalimentarias estratégicas, de Venezuela. 2) La fiscalización, supervisión y penalización severa a la que está sometida toda la cadena alimentaria, bajo el cobijo de la Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios, otra de las leyes habilitantes. 3) La camisa de fuerza impuesta a toda la cadena de distribución de bienes básicos a través de las guías de movilización, así como los controles discrecionales a la importación y exportación. Ahora, con el nuevo arrebato de una actividad privada como es el de las operaciones portuarias de almacenaje, se repite otra vez el abuso de poder, la arbitrariedad, el atropello y el irrespeto a las reglas de juego preexistentes. A esto se le suma que contra las almacenadoras, se volvió a utilizar la fuerza de la Guardia Nacional como tumba puertas para dar paso para que los emisarios de control hagan de las suyas, como lo hizo en la toma de las rastropesqueras de Oriente y en la de empresas petroleras de servicio del Lago de Maracaibo y del Oriente del país. En esta oportunidad este cuerpo militar abrió el paso a los cubanos para que tomaran las almacenadoras. También como sucedió en anteriores procedimientos, a las almacenadoras tampoco se les ha explicado qué pasará con los trabajadores de esas empresas, ni qué ocurrirá con los compromisos contraídos o con las mercancías almacenadas propiedad de terceras personas y/o de empresas importadoras. Mientras que los transportistas de carga, no saben a quién reportar ni quién pagará los fletes ya acumulados.Lo único que hasta ahora es claro, es que estas actividades serán manejadas por la empresa estatal Bolivariana de Puertos (Bolipuertos) , la cual según se revela en las informaciones de prensa, está gerenciada mayoritariamente por personal cubano. Disponible en inglés en: www.veneconomy. com

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