Barbarie en acción

Por: Ana De Angelis - En febrero pasado se cumplieron 80 años de la publicación de Doña Bárbara, la novela más universal de la literatura venezolana y una de las más representativas de América Latina. Su autor, Rómulo Gallegos, merecía cuando menos un recordatorio de alguna instancia oficial. La obra resume y representa el drama, las angustias y el alma venezolana. No en vano la dicotomía civilización- barbarie sigue más vigente que nunca. Aunque ello era mucho pedir a un régimen que exalta los rasgos más aberrantes del viejo militarismo --del cual fue víctima Gallegos como el primer venezolano electo presidente de la república por el voto secreto, universal y directo en las elecciones de 1948. ¿Podía esperarse un acto de sensatez en quienes glorifican y convierten en íconos nacionales a Ezequiel Zamora, junto con el Che Guevara y Tirofijo? Sin embargo, tampoco era dable esperar noticias aterradoras como las ofrecidas por la presidenta del Instituto Autónomo de Bibliotecas del Estado Miranda, Miriam Hermoso, quien ha puesto al descubierto la situación heredada en las bibliotecas de la entidad. Según la funcionaria, más de 46,000 libros del instituto fueron vendidos --para convertirlos en pulpa de papel-- a 2 empresas recuperadoras por orden del ex gobernador Diosdado Cabello. Los libros fueron sacados de las 56 bibliotecas que componen el sistema, por razones "ideológicas". Por ejemplo, se destruyó toda la colección de Autores y Temas Mirandinos. Fueron sacados de los estantes los textos sobre el ''imperio estadounidense' ', así como los cuentos infantiles donde se hablaba de nieve (¿también la nieve es contrarrevolucionar ia?) y sustituidos por libros y folletos sobre las hazañas de los nuevos conductores revolucionarios. Por supuesto, la peor parte correspondió al maestro Rómulo Gallegos. De sus tomos, 6,000 fueron convertidos en pulpa de papel por ''estar desactualizados' '. El mismo destino corrieron obras de Mariano Picón Salas, Miguel Otero Silva, Francisco Massiani y otros escritores nativos, además de libros de pensadores y escritores extranjeros. ¿Se concibe una expresión más patética del odio fascista? Gallegos y Doña Bárbara perdurarán seguramente 80 años más, lo que no pueden decir algunos de los bárbaros que patean la cultura y que ahora deshonran el poder.