viernes, 5 de junio de 2009

Las palabras que no se puede llevar el viento


Por: Teódulo López Meléndez - teodulolopezm@yahoo.com - Discurso difícil. Camino difícil. Estrategia difícil. Propia de un líder la asunción de todos los riesgos. No puede encontrarse mayor equilibrio y responsabilidad en el discurso de Obama en El Cairo. Un discurso, por supuesto, está hecho de palabras y a las palabras le deben seguir los hechos. Una cosa está clara: el choque con el gobierno derechista de Israel se producirá por una vía o por otra, pero ya no se puede seguir arrastrando uno de los asuntos claves, esto es, la justicia para el pueblo palestino. El marco del discurso es el del reencuentro entre occidente y el mundo islámico. Ese propósito es el de un cambio norteamericano en el enfoque que desvirtúe la tesis de choque de dos civilizaciones. Una imagen deteriorada y un cúmulo de errores, combinación que llevó al acrecentamiento del extremismo islámico y a dos guerras sin salida inmediata. Obama lanza su gran apuesta y en su propósito sólo merece elogios. No obstante, las dificultades son inmensas y a pesar de la capacidad de persuasión que el líder norteamericano se empeña en mostrar habrá que ir más allá. Una cosa es ser un “comeflor” y otra un líder que ejercita la paciencia. Hay que recordar que Dick Cheney, y con él la derecha norteamericana, sigue muy activa lo que quedó reflejado con el impedimento del cierre de la prisión de Guantánamo y algunas decisiones sobre las fotos de tortura a prisioneros. Obama pretende cambiar el sentido de lo que ha sido Estados Unidos y quizás debamos recordar los pocos meses que tiene en ejercicio de la presidencia. A estas alturas parece más fácil cambiar el enfoque del mundo sobre cuestiones vitales que cambiar en los estamentos del poder norteamericano una visión enraizada. Puede acumular paciencia en lo interno, pero ya la paciencia está agotada en asuntos claves como el del Estado palestino. He aquí a un presidente que abandona la aplicación bruta de la fuerza, pero que tiene que enviar 17 mil nuevos soldados a Afganistán y heredar el retiro de Irak para el 2011. En ambos países no tiene posibilidades de cambio. La experiencia soviética en Afganistán debe tenerla entre ceja y ceja. No se arregla con más tropas, pero ¿cómo se arregla? Al lado tiene al inestable Pakistán con su armamento atómico. Tendrá que tomar decisiones sobre cada acontecimiento. No es pues en estos dos países donde el presidente Obama tiene chance, especialmente cuando la derecha republicana sigue con sus desacertados análisis de lo que es “la seguridad interna” de los Estados Unidos. A Irán le ha tendido la mano para un diálogo, pero ¿en qué consiste ese diálogo? ¿Qué Iran asuma las “normas internacionales” de comportamiento de un Estado? ¿Ello implica que suspenda su camino hacia la bomba atómica? ¿Qué obtiene Irán a cambio? Israel está impaciente con ese proceso y me gustaría saber como controlar a Israel para evitar que tome decisiones unilaterales si los servicios de inteligencia determinan que ha entrado en la fase final. Obama le ha dicho a los israelíes que deben darle un chance a la vía del diálogo, pero ese tiempo puede terminar mal. El asunto del Estado palestino -ya está más que demostrado- no requiere persuasión sino presión. Sin arreglo del asunto palestino será imposible un avance significativo en esa región del mundo. Ahora bien, hasta cuando y como Obama, -ante cada nuevo argumento evasivo que conlleva el alejamiento del arreglo mientras se sigue con los indeseables asentamientos- , va a ejercer como el factor preponderante que es de que allí haya paz. Ya le ha dicho al menos tres veces al gobierno israelí que debe cesar con los asentamientos e ir a conversaciones serias que desemboquen en la creación de un nuevo Estado. ¿Cuántas “veces más” tendrá el presidente Obama? El nuevo Jefe de Estado, hay que decirlo, no es el mismo cien días después. Ya está empapado de todo, ya conoce todas las dificultades, ya ha medido a sus partners alrededor del mundo, ya sabe de las resistencias internas y de las impaciencias externas. Ya sabe hasta donde llega su discurso, ya sabe de la necesidad de hechos. Instaurada su línea estratégica de la persuasión el presidente Obama se dará un tiempo para saber si funciona o si debe aderezarla con unos cuantos manotazos sobre el escritorio. Mucho me temo que el líder persuasivo deberá darlos, esto apenas descubra que mucha gente no avanzará hacia el mundo inteligente y atado a la paz que desea si no les enseña sus blancos dientes y si de sus ojos no brota un rayo de ira. El presidente, entretanto, ve Star Trek, para relajarse un poco cuando tiene delante a un mundo muy difícil. ¿Quien creo el estado de Israel? La Asamblea General de las Naciones Unidas en noviembre de 1947, cuando aprobó la división de Palestina en dos estados, uno judío y otro árabe, así como la jurisdicción internacional sobre Jerusalén, ciudad santa para judíos, musulmanes y cristianos. Presidente Obama: El estado Palestino debe ser creado igualmente por las Naciones Unidas. ¿Se atreve usted a tomar la iniciativa?

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