martes, 10 de febrero de 2009

Aprende de esta experiencia


El desempleo y el bolsillo - Para muchos no son tiempos placenteros. Recibir esa llamada del jefe, de la oficina de recursos humanos o del dueño del negocio informándote que desafortunadamente prescinden de tus servicios es como tragar un limón sin azúcar. Ya muchos economistas venían anunciando que el 2009 sería una época de mayor cantidad de despidos. Aunque las causas pueden ser varias, lo cierto es que tanto el índice de nómina, tasa de desempleo y promedio de pago por hora muestran claramente que a nivel nacional el mercado laboral está afectado. Pero, ¿Qué puede hacer un Andrés y tantos otros que se enfrentan a la realidad de "estás botado" y nos cortan la fuente de ingresos? Cierto que va a depender de la cantidad de activos disponibles y si los puedes convertir en efectivo rápidamente. También depende del tipo de trabajo y el tiempo que pase para conseguir otra fuente de ingreso similar para sustituir el ingreso perdido. A nivel nacional, la mediana indica que el tiempo que pasa una persona para conseguir empleo son cerca de dos meses y medios. Pero, teniendo esto en mente, te dejo con un plan de supervivencia en caso que estés enfrentando el desempleo. 1. Poner las finanzas en orden e inventariar todo - Lo primero, hay que poner orden. Haz un inventario de los que tienes y lo que debes para ver cuánto dinero tienes disponible. Desde el menudo que está repartido por la casa, pasando por las cuentas de ahorro, retiro, patrimonio de la casa hasta lo que tengas en casa que puede convertirse en efectivo en caso de tener que venderlo. Lo mismo haz con quienes les debes dinero. Sepáralo por tarjetas, préstamos personales e hipoteca. Haz una lista de lo que se gasta mensualmente en la casa para saber hacia dónde se va el dinero. Determina cuánto “oxigeno de dinero” tienes para aguantar sin empleo. 2. Qué mantener y qué cortar - Aunque va a depender del nivel de activos y liquidez que tienes, lo cierto es que tendrán que hacer recortes en los gastos. Primero determina cuánto necesitas para cubrir: vivienda, comida, transporte, servicios, etc. No estamos hablando de lujos sino lo necesario para vivir. Determina lo que eran lujos y que ahora puedes vivir sin ellos. Córtalos o sustitúyelos por gastos de menor costo. La familia tiene que cooperar gastando y demandando menos. No dejes de ahorrar para una reserva de emergencia porque no es una opción seguir dependiendo del crédito para solucionar los problemas de deudas. Uno de los problemas que la gente sufre por la pérdida de empleo, no es tanto el haber sido despedido, sino que pierden el ingreso para poder afrontar los gastos y deudas. Entonces no conviene seguir usando las deudas para pagar más deudas y mantener nuestros gastos. Evita pedir prestado y mejor trabaja en cortar gastos y buscar ingresos. Échale un vistazo a las deudas. Sobre la casa negocia y evita cualquier abandono. Si estás alquilado negocia el precio o busca una renta que pagues menos. Si tienes que vender uno de los autos para bajar costos, explora esa posibilidad. Sobre la tarjeta de crédito, no caigas en el mito de pedir más pagando el mínimo, y congélalas. Si no puedes pagar ni el mínimo de las deudas, llama a los acreedores, explícales la situación, negocia y prepárate a recibir a los cobradores conociendo tus derechos. 3. A buscar ingresos - Si necesitas ingreso inmediatamente y no tienes dinero para aguantar, pues a doblarse las mangas, y salir a cazar sin pena. Aunque el trabajo no sea el ideal, la prioridad es sacar la economía personal adelante. Aquellas cosas que no son necesarias, véndelas para sacar dinero. Asegúrate de que tu hoja de vida esté actualizada y no seas tímido en los envíos. Entre más cantidad envíes incrementas la probabilidad de conseguir una entrevista. Y nunca vayas a una entrevista sin primero estar preparado. Y si en tu caso aplica, no descartes mudarte a otro estado donde se presenten mayores oportunidades laborales y comerciales. 4. Pon las cosas en perspectiva - La economía pasa por subidas y bajadas. Hay fuerzas económicas que no podemos controlar. Tampoco pretendamos que el gobierno nos traerá todas las soluciones. Concentrémonos en lo que nosotros podemos controlar como el nivel de gastos, de deuda, de ingreso, ahorro, etc. No es tiempo de pelear por dinero, o señalar culpables. Es tiempo de respirar, mantener la calma, ser racionales y buscar soluciones. Entonces sepárate del problema y se objetivo en entender lo que sucede. Perder el empleo es desafortunado, pero no es el fin del mundo. Hay que entender lo que sucede, despersonalizarlo y comenzar a andar. Aprende de esta experiencia que te ayudará a estar mejor preparado para la próxima.

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