Presidentes populistas

Por Alfredo Valdivieso G. - El periódico económico Expansión de Madrid publicó, semanas atrás, un artículo titulado "Venezuela, Bolivia y Ecuador dilapidan su ya deteriorado atractivo inversor", el que adjunta una foto de los tres presidentes. En la misma página, muestra unas estadísticas del "clima de negocios" (ranking doing business 2009); en ellas, estos tres países se encuentran en los últimos lugares: en una lista de 174, Venezuela está en el último lugar (174); Bolivia, en el 150, y el Ecuador, en el 136. No podía faltar tampoco en esas estadísticas el puesto de Nicaragua, en el 107. En comparación, Chile se encuentra en el 40. Añade el periódico que "esta situación justifica el retroceso de la región en el PIB global. "De allí que la porción de las economías latinoamericanas con relación al pastel de la riqueza mundial ha pasado del 12% en los años ochenta, al 6% en los noventa y al 3% en el decenio actual".El artículo comenta que en Venezuela, cuarta economía de la región, partiendo de enunciados populistas, se ensombrece el mercado laboral y hay pérdida de garantías al capital, tanto foráneo como nacional. La evaluación se extiende a la falta de facilidades para crear empresas, con una media de 50 días para resolver los 15 procedimientos legales. Mientras que en el Ecuador se necesitan en promedio unos 70 días. Es decir, en Iberoamérica, estos presidentes populistas son la imagen virtual de los cuatro jinetes del apocalipsis, que son los que tienen sobre sus hombros la triste tarea de repartir plagas por doquier, montado cada uno en un caballo de un color característico que representa el mal de la región. Recordando el significado de los colores, la interpretació n más común sería que cada jinete representaría un mal: Hugo Chávez, con el caballo rojo, la palabrería barata populista; Evo Morales, con el caballo negro, el hambre y la miseria; Rafael Correa, con el verde, la vehemencia irracional, y el procesado violador presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, con el color blanco, la nulidad y la hermandad con las FARC.Estos cuatro jinetes-presidentes están extendiendo la pobreza entre las diversas capas de las poblaciones; paralizan la inversión y, consecuentemente, la producción y el empleo. No invierten en infraestructuras, sino en burocracia para mantener el consumo y el crecimiento mediante gastos corrientes sin mayores beneficios. Solo buscan el acaparamiento de poder, con una mezcla de populismo y democracia autoritaria. Han destruido las instituciones. ¡Pobre Iberoamérica, que se hunde cada vez más, a pesar de gozar de una coyuntura económica tan beneficiosa gracias a los altos precios de las materias primas!analisis@hoy. com.ec