viernes, 19 de septiembre de 2008

El amor es resistente a la comprobación experimental


El amor no soporta las normas de la comprobación experimental de los científicos. Es como el azúcar, sabroso, pero la inteligencia humana, a Dios gracias, no sabe fabricarlo. El azúcar lo elaboran las plantas vegetales que ocultan la fórmula muy celosamente. Las flores lo usan para sobornar a las mariposas y otros seres alados a los fines de la reproducción de la especie a que pertenecen. El amor es obra de la naturaleza, que también oculta su fórmula y es la dulce celada que ella nos tiende para que sirvamos a la conservación de nuestra especie. La pasión que nos hace saltar de gozo el corazón cuando recordamos a la mujer amada, nos es impuesta por una misteriosa fuerza. La voluntad de los enamorados no se entromete en sus relaciones. No podemos decretar el amor. Este llega, se aposenta en los linderos de la emoción y nos impulsa a que cumplamos sus designios sublimes. Sabemos cuán inútiles son los filtros para inspirar la devoción de quiénes nunca sentirán nada por nosotros. Sabemos también cómo una adorable tempestad de relámpagos íntimos se nos desata sin control, cuando vemos sonreír los labios y los ojos de la mujer constituida en la meta de un hombre.Yo, creyente laico de la ciencia, no aceptaré jamás la profanación que cometen algunos sicólogos cuando pretenden explicar los orígenes del amor como si fuera cosa de este mundo pragmático. Los únicos científicos que podrán hacer una sabia disección del amor, son los buenos poetas. Suelen mezclarlos con la tristeza, el estado emocional más abundante en el planeta. Sin embargo, yo no la deploro tanto, pues sin ella ¿cómo mediríamos los átomos de la felicidad que a veces encontramos?. Cada vez es más firme la verdad contenida en aquella opinión de Saint-Exupery, el autor nostálgico e inolvidable del Principito. Si tenemos la entereza, enseñaba, de cruzar con impaciencia los nubarrones negros, llegará el instante en que volveremos a la luz y el cielo nos obsequiará una parcelita azul para que sembremos nuestros sueños. Yo añadiría que en medio de las tinieblas es posible abrir una rendija por donde entrará la luz que bien pudiéramos usar como materia prima de un pequeño arco iris. Extracto sacado de: http://www.elanheloconstante.blogspot.com/.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su Comentario