Con la expulsión intempestiva de José Manuel Vivanco,representante de la organización «Human Right´sWatch», el régimen totalitario de Venezuela se retratasin disimulos. Ha sido la confirmación gráfica de quelas críticas de esta organización hacia los abusos deHugo Chávez contra la libertad de expresión están másque justificadas. Ante el progresivo deterioro de lasituación en Venezuela, al caudillo ya no le quedanargumentos más allá de dar puñetazos en la mesa, yasea para expulsar al embajador norteamericano o alrepresentante de una organización que no se calla susdenuncias contra quienes pisotean los derechoshumanos. Después de haber dilapidado los gigantescosbeneficios de los recursos petroleros del país, Chávezse empeña en cerrar todos los resquicios que le quedana la sociedad venezolana para seguir respirandolibertad. Cada día está más solo y con más miedo,porque en las elecciones regionales y municipales denoviembre puede empezar a perder el monopolio delpoder en el que sustenta sus extravagantes proyectos.Con gestos abusivos como el de ayer no conseguirácambiar nada. Al revés, Chávez está precipitando supropio final.
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