martes, 23 de septiembre de 2008

Chávez y Human Rights Watch


El presidente Hugo Chávez expulsó de Venezuela a dos funcionarios de la ONG Human Rights Watch (HRW) por "agredir la democracia venezolana", "inmiscuirse ilegalmente en los asuntos internos del país" y responder a intereses del gobierno de Estados Unidos. El origen de la medida contra José Miguel Vivanco, director de HRW para las Américas, y su colega Daniel Wilkinson es la publicación de un informe de 267 páginas titulado 'Una década de Chávez: intolerancia política y oportunidades perdidas para los derechos humanos en Venezuela'. Allí afirma la ONG que la democracia venezolana representó una optimista promesa, hasta el golpe contra Chávez en el 2002. Desde entonces, el ex coronel se convirtió en un "presidente de facto" dispuesto a reorganizar las instituciones al servicio de su causa. Con ello "ha degradado la democracia" y violado los derechos que su propia Constitución consagra. Entre otros cargos, HRW lo acusa de discriminar a sus opositores, tomarse el poder judicial, atropellar la libertad de prensa, restringir las libertades sindicales, hostigar a los defensores de derechos humanos y "mostrarse como un defensor de la democracia en la región", cuando las violaciones que comete en su territorio le impiden ser "ejemplo válido para otros países". La expulsión de Vivanco y Wilkinson confirma las tendencias antidemocráticas de Chávez. Pero son falsos los pretextos para la medida. HRW comete errores, como es natural, pero resulta mendaz calificarla de agente norteamericana. Esta ONG tuvo el coraje de ser la primera en criticar a George W. Bush, apenas nueve días después del atentado contra las Torres Gemelas, por las violaciones de los derechos humanos que emprendió en la cruzada antiterrorista. Chávez ha manifestado muchas veces que el Presidente colombiano es un "peón" de Washington y, sin embargo, abundan las protestas de HRW al gobierno de Álvaro Uribe, hasta el punto de que la Casa de Nariño la ha atacado más de una vez. Unos llaman a HRW comunista; Chávez la señala como agente imperialista; mientras tanto, en Inglaterra, un conocido columnista, al censurar actuaciones de la policía británica, escribe: "Si seguimos así, Human Rights Watch tendrá que abrir oficinas acá". Con su arbitraria medida, Chávez ha logrado mayor divulgación a las denuncias de la ONG, como, afortunadamente, ocurre en estos casos.

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