viernes, 26 de septiembre de 2008

Obama, McCain y América Latina


Por: Demetrio Boersner - demboers@hotmail. com - Como ya lo indicamos en alguna ocasión anterior, en términos de filosofía política estamos mucho más cerca del Partido Demócrata norteamericano que del Republicano. Los republicanos son defensores de lo que los norteamericanos denominan "conservatismo" en tanto que en Latinoamérica y Europa lo llamamos "liberalismo económico": la ilusión del "recio individualismo" como creador de riqueza en última instancia para todos. Esa ilusión está siendo golpeada brutalmente en estos días por la grave crisis financiera que obliga al gobierno estadounidense a emprender una de las más radicales operaciones dirigistas y de nacionalización vistas desde los tiempos del "New Deal". En cambio los demócratas, cercanos a los sectores obreros, medios y pobres, así como a la burguesía más ilustrada, creen que la economía contemporánea es, por su esencia, mixta, y debe ser reconocida como tal. La mano del Estado democrático siempre debe estar presente al lado de la del mercado, para velar por la equidad social y contrarrestar desequilibrios causados por la especulación. En cambio, en lo concerniente a la política internacional norteamericana, nuestras simpatías son más matizadas y mixtas. Los demócratas, y Obama en particular, nos parecen un tanto ingenuos y hasta oportunistas en algunos aspectos, mientras por el lado de McCain como persona (no del Partido Republicano en su conjunto) percibimos una mayor claridad. Barack Obama manifiesta una actitud ilustrada y progresista cuando reprocha al gobierno de George W. Bush su negligencia hacia América Latina y señala que la demagogia de un Chávez se nutre de ese gran error. El candidato demócrata promete que si llega a la presidencia, "se ocupará" activamente de nuestra región. Pero pareciera que piensa en términos de ayuda paternalista, porque su partido y él se oponen a la aprobación de tratados de libre comercio, que ofrecen a países latinoamericanos el acceso al mercado norteño que sería de utilidad primordial para su desarrollo. En cambio McCain está muy claro con respecto a la aprobación de los TLC. Otro problema es la actitud política respectiva ante autocracias populistas vocingleras. Obama quisiera conversar con los autócratas y buscar la convivencia con ellos. En cambio McCain sabe que existen gobernantes que sólo entienden el lenguaje de la fuerza de contención, empeñada en alentar la democracia y defenderla de sus enemigos.

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