viernes, 29 de febrero de 2008

El Abogado


Una tarde un famoso y acaudalado abogado iba en su limosina cuando vio a dos hombres a la orilla de la carretera comiendo pasto. Preocupado, ordenó a su chofer detenerse y bajó a investigar. Le preguntó a uno de ellos: ¿Por qué están comiendo pasto muchachos?. No tenemos dinero para comida -dijo el pobre hombre- Tenemos que comer pasto. Bueno, entonces vengan a mi casa y yo los alimentaré - dijo el abogado. Gracias, don, pero tengo esposa y dos niños conmigo. Están allí, debajo de aquel árbol. Que vengan también -dijo el abogado-. Volviéndose al otro pobre hombre le dijo: Ud. también véngase mi amigo. El hombre, con una voz lastimosa dijo: Pero, Sr., yo también tengo esposa y seis hijos conmigo!. Que se vengan ellos también -respondió el abogado. Entraron todos en el enorme y lujoso carro, lo que no fue fácil, aún para un automóvil tan grande como la limusina. Una vez en camino, uno de los pobres tipos miró al abogado y le dijo: Sr. Ud. es muy bueno. Gracias por llevarnos a todos con Ud. El abogado le contestó: -¡No hombre, no tenga pena, estoy feliz de hacerlo! les va a encantar mi casa... ¡El pasto está como de metro y medio de alto!.

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