Estaba leyendo la carta que Himiob le escribiera a Italo Luongo. Expresa, en una frase, que quizás muchos dirán que ellos no eran amigos. Luego, al terminar de leer la carta por segunda vez y palpar el profundo sentimiento con el que indudablemente fue escrita, me pregunto si Himiob no estará regalando a Luongo, desde el fondo mismo de su corazón, un presente que solo un verdadero amigo puede regalar. A fin de cuentas ¿Quién es realmente amigo sino aquel que comparte la esencia misma de la vida con uno, aun cuando no esté allí todo el tiempo diciendo un "te quiero" o "soy tu amigo"?. ¿Quién es realmente un amigo sino aquel que, inclusive en silencio, está al lado de uno, y sabe que uno está a su lado?. Luego de leer esa carta no puedo hacer menos que desear que Italo Luongo haya sentido en su corazón la esencia misma de la amistad que indiscutiblemente compartió con Himiob; porque segura estoy que, en su corazón, Himiob siempre tendrá para Luongo un verdadero recuerdo de afecto y respeto que solo los verdaderos amigos pueden brindar.
Una Oración por Italo Luongo, y un agradecimiento a Gonzalo Himiob por comprobarme, una vez más, que la real y verdadera amistad existe, aun en medio de las borrascas y las desgracias más desafortunadas. Porque la verdadera y real amistad, esa que se expresa aun en silencio, trasciende cualquier contingencia, cualquier distanciamiento, cualquier desencuentro; porque la verdadera amistad, la real, nace del corazón de quienes la comparten. Gracias por eso Sr. Himiob Y gracias a Dios por mis amigos.
Magda Mascioli G.
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