Por Carlos E Méndez - Febrero 21, 2008 - Con la renuncia oficial del insepulto Fidel Castro, Chávez queda a la deriva como un barquillo de papel con su revolución de pacotilla. Resulta que, una vez salió un muchacho estúpido con dinero a la calle, y un viejo inteligente se lo encontró e hizo su agosto con el “monstruo de ingeve”. Gracias a ese encuentro casual o calculado, Fidel logró salvar del hambre a su pueblo y lo incorporó a la economía global, mientras que Chávez aisló a Venezuela del mundo civilizado y lo condujo a niveles de pobreza e imbecilidad aún más bajos que los de Cuba. Fidel quizás sea juzgado por sus delitos de lesa humanidad y a la vez absuelto por la historia que él mismo se inventó; pero, Chávez, irremediablemente irá a dar a la cárcel o al jardín de los [malos] recuerdos. La renuncia de Fidel a la presidencia es un hecho innegable. Pero su renuncia al poder será imposible mientras al anciano le cuelgue la bolsita amarillenta a la cintura y siga respirando con un motorcito fuera de borda. En cambio, Chávez es un bolsa que tendrá que pasar el resto de su corta existencia respirando por la herida de muerte que le causó la renuncia inesperada de Fidel. El legendario dictador con mayor antigüedad en el mundo lo hizo sentir importante mientras lo exprimió como a cualquier pozo de petróleo que luego es empleado como fosa para lanzar desechos tóxicos. Mientras que Fidel levantaba a Cuba con el petróleo venezolano, Chávez hundía a Venezuela en la pobreza y en la imbecilidad. Ahora, a falta de harina, carne, pollo y hasta de papel higiénico, el país tendrá que comerse los pertrechos de guerra por los que Chávez hipotecó a la nación y dejó las arcas vacías. Estratégicamente Fidel renuncia a la presidencia de Cuba para salvar a la isla del ostracismo económico y de paso liberarse del iluso de Chávez. Pero, el narcisista de Venezuela insiste en mantenerse en el poder puesto que no piensa en otra cosa que no sea en su alocada revolución continental. Fidel no le dijo perro sarnoso a Chávez, pero le mostró el hueso con su sorpresiva renuncia. El maestro Fidel ya no quiere atender las llamadas del incontrolable alumno que perdió los apuntes y fue reprobado en la preparatoria. Chávez se ha convertido en una calamidad para Venezuela, para la región y el mundo, y para la apertura democrática de Cuba. Alguien que como Fidel aspira a ser absuelto por su historia fabulada, no puede seguir cargando con ese bacalao podrido al hombro. Eso fue lo que pasó, como canta el reggetonero. Fidel prácticamente le da la espalda a Chávez y a su robolución armada, para incorporar a Cuba a la revolución económica que es la que cuenta en este tiempo. Nótese que en todo ese periodo de chulería y contubernio con Chávez, Fidel no adquirió un solo fusil con el producto del petróleo venezolano que Chávez le regala, sino que mejoró la infraestructura de la isla y las condiciones de vida de su pueblo. Encima, el atolondrado alimenta a 40 mil castristas que se encuentran reposando en territorio patrio cobrando la bicoca de $1,800 mensual que es lo que por convenio Venezuela paga a Cuba por los “servicios profesionales”. Definitivamente hay que reconocerle a Fidel su inteligencia, por lo cual quizás su pueblo lo absuelva. Entretanto que, a Chávez, habrá que levantarle una estatua en el nacimiento del río Guaire, pero en honor a la estupidez.
"Lo importante no es dónde se está, sino la dirección en que se camina" W.Goethe
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