Un guerrero, cuando sufre una injusticia, generalmente procura quedarse solo para no mostrar su dolor a los otros. Es un comportamiento bueno y malo al mismo tiempo. Una cosa es dejar que su corazón cure lentamente las propias heridas. Otra cosa es permanecer todo el día en meditación profunda, con miedo a parecer débil. Dentro de cada uno de nosotros existe un ángel y un demonio, el demonio alimenta esta conversación solitaria, procurando mostrarnos cuán vulnerables somos. El ángel nos hace reflexionar sobre nuestras actitudes, y a veces necesita manifestarse a través de la boca de alguien. Un guerrero equilibra soledad y dependencia.
Manual del Guerrero de la Luz - Pablo Coelho
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