martes, 2 de junio de 2009

La testigo parlante


Los abogados nunca deben preguntar a los testigos sobre algún tema cuando no sepan cuál será la contestación que recibirán. Así, por ejemplo, en un juicio en un pequeño poblado de Venezuela, el fiscal llamó a su primer testigo: una señora con algunos años. Se acercó a la testigo y le preguntó: Sra. Pérez ¿Usted me conoce? Ella respondió. Por supuesto que te conozco. Te conozco desde que eras un niño y, francamente, me has desilusionado. Tú mientes, engañas a tu esposa, manipulas a las personas y hablas mal de ellas a sus espaldas. Te crees una gran persona, cuando ni siquiera tienes inteligencia suficiente. Sí. Por supuesto que te conozco. El abogado quedó pasmado y sin saber qué hacer. Despues de pensar un poco, señaló al otro extremo de la sala y pregunto: Sra. Pérez ¿Conoce usted al abogado defensor? Por supuesto que sí. Tambien conozco al abogado defensor desde que era niño. Es flojo, tiene problemas con la bebida, no puede tener una relación normal y como abogado, no sirve. Además engaña a su esposa con tres mujeres diferentes y una de ellas es su esposa, Fiscal. ¡Claro que lo conozco! El abogado defensor quedó en completo estado de shock. El juez, ante esto, pidió a los abogados se acercaran al estrado y con voz muy tenue les dijo: Si a alguno de los dos se le ocurre preguntarle a la vieja si me conoce ¡les juro que se pudren en la cárcel!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su Comentario