martes, 21 de octubre de 2008

Una justicia expedita


Por: Pedro Lastra - No terminan de apagarse los ecos triunfales de las olimpiadas de Pekín y no cesa la admiración causada por la belleza del Nido de Pájaros – nombre con el que se conociera el espectacular estadio olímpico de la capital china – y el mundo asiste atónito a un hecho sin precedentes, que debiera sembrar de asombro y terror a la cúpula gobernante venezolana: el responsable edilicio por la realización de tales obras, Liu Zhihua, teniente de alcalde encargado de Obras Públicas, Propiedad Inmobiliaria, Tráfico y Deportes, fue condenado a muerte por un tribunal popular, según reseña la siguiente información aportada por el diario ABC, de Madrid, España: “Según el fallo judicial del Tribunal Popular Intermedio de Hengshui, Liu Zhihua, de 59 años, aprovechó su posición como «número dos» en el Gobierno local de Pekín para embolsarse entre 1999 y 2006 unos siete millones de yuanes (763.000 euros) aceptando sobornos relacionados con la construcción del parque tecnológico de Zhongguancun, donde se ubican gran parte de las empresas informáticas de la capital china”. Dado el éxito de tales olimpíadas y la fama y prestigio que le trajeran a una de las más grandes potencias económicas del mundo, el juzgado popular de Hengshui mostró toda su compasión postergando la ejecución por dos años, lo que hace suponer que, de mantener un buen comportamiento carcelario, podría verse beneficiado con la conmutación de su pena y pasar todos los años que le restan, en prisión. Es lo que se llama una justicia humana y expedita. cadena perpetua por robarse 763.000 euros. Aprovecho la circunstancia para preguntarles a Earle Herrera, Israel Sotillo, Carlos Escarrá y Mario Isea, ¿por qué no siguen el ejemplo de los representantes del pueblo del juzgado de Henshui, y promueven el enjuiciamiento de Johnny Yánez Rangel, José Luis Rodríguez San Juan, Tobías Nóbrega y la larga lista de miembros de la Guardia Nacional y altos funcionarios del estado venezolano, entre ellos el encargado de finanzas del ministerio de Educación en el año 2001, todos los cuales, según declaraciones del venezolano Carlos Kaufmann se embolsicaron muchísimo más que los piches 763.000 euros que le costaron una condena a muerte al exitoso funcionario pekinés? Si el paredón fuera la estación final de quienes se han enriquecido hasta las nauseas aferrados a las faltriqueras del teniente coronel, como lo denunciara esta misma mañana el economista Domingo Felipe Maza Zabala en un popular programa de televisión, ¿cuánto candidatos a gobernadores y alcaldes serían no sólo inhabilitados ipso facto por un tribunal popular, por ejemplo del Estado Miranda, sino pasados directamente por las armas? Entiéndame Earle Herrera: no es éste un llamado a la expedita justicia directa, sino pura y simplemente una comparación entre la justicia de una república socialista exitosa, como la china, y una hundida en la miseria, la corrupción y el estupro, como la bolivariana. A ver si me entiende, diputado: dejemos la hipocresía a un lado y no sigamos escupiendo p’al cielo. Podríamos terminar escupidos.

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