martes, 14 de octubre de 2008

Las Casandras venezolanas


En momentos cuando el olor a crisis se riega por estas tierras es oportuno recordar las advertencias de dos venezolanos ilustres del pasado. En 1936, Arturo Uslar Pietri, uno de los más destacados intelectuales del país del siglo XX, publicó una nota llamando a los venezolanos a "sembrar el petróleo". Entonces los venezolanos tomaron esta llamada en el sentido económico de crear otras fuentes de producción que sustituyeran al petróleo cuando éste se agotara. Si bien para Uslar Pietri, desarrollar la agricultura, incentivar la producción industrial, crear una sólida infraestructura de carreteras y transporte así como fomentar un sistema educativo y sanitario moderno, eran importantes, su mensaje principal -al cual ninguno de sus compatriotas hicieron caso- era otro. Uslar Pietri tenía una preocupación filosófica y moral acerca de los valores del venezolano. En dos palabras, su temor era por la petrodependencia y su estragos, entre ellos: la destrucción del auto-estima del venezolano, la pérdida de su capacidad de trabajo y la corrupción de su ser.En sus palabras: .(la riqueza petrolera.haría de Venezuela). "un país improductivo y ocioso, un inmenso parásito del petróleo, nadando en una abundancia momentánea y corruptora". Su clamor se dirigía a la necesidad de diversificar la economía, a fin de liberar al país de la petrodependencia, que a su entender conduciría a Venezuela en un país esclavo de su rico subsuelo.Otros, de los pocos, que entendían el poder corruptor de la riqueza fácil fue Juan Pablo Pérez Alfonzo, ministro del Petróleo de Venezuela y co-fundador de la OPEP.Sostenía Pérez Alfonzo que la producción de petróleo venezolano no debía exceder a los 1,0-1,5 millones de barriles diarios. Reiteraba que el petróleo "valía más debajo de la tierra" y que se tenía que conservar el recurso para futuras generaciones. Sin embargo, su mensaje verdadero era la necesidad de restringir el ingreso petrolero para así evitar que éste terminara deformando los valores del venezolano y lo convirtiera en un manirroto que sólo apuesta al enriquecimiento fácil y sin esfuerzo. Su concepto del poder destructivo del petróleo se resume en su famosa calificación de éste como el "excremento del diablo". Este término es precisamente el significado de la palabra "mene", con la que los indígenas nombraban al petróleo. Estos ilustres venezolanos tenían la acertada convicción de que el dinero fácil corrompía y tarde o temprano traería la ruina a los venezolanos.La historia les ha dado la razón, aunque pocos les escucharon y muchos los tergiversaron. A Uslar Pietri y Pérez Alfonzo les pasó lo mismo que a Casandra, la cual recibió el don de la adivinación de los dioses, pero también la maldición de que nadie le haría caso a sus augurios.Hoy como nunca antes, los venezolanos están viendo cómo cada día la dependencia del petróleo se hace cada vez más profunda, y cómo éste ha corroído la moral y la voluntad de trabajo de los venezolanos. Ahora, también como nunca, los venezolanos comienzan a sufrir los estragos no sólo de no haber sembrado nunca el petróleo, sino de haber estado destruyendo sistemáticamente durante un decenio al sector productivo del país.

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