Por: Francisco Alarcón - MIEDO Y REPRESIÓN - El régimen debe tener grandes miedos, pues así lo denotan sus representantes, cuando los enfrentan con mayor represión hacia la sociedad civil, no hay nada ni nadie en este país con quien no se hayan metido. Vulnerando la propiedad privada, los servicios básicos, la comida y dejándola a la intemperie frente a una inseguridad criminal. No es su valor lo que muestra el “Comandante” cuando ofende a quien se le ocurra, rodeado de guardaespaldas cubanos con una amplia gama de armamentos modernos. Es muy fácil así, pecar de guapo bajo el manto “sagrado” del G2 comunista. Los pobres ciudadanos de esta patria no les queda más remedio que soportarlo, cuanto se le ocurre al hombre que prometió honestidad y entrega a su pueblo sin haber hecho la menor demostración de ello, y con once años forjando lo inverso. La represión se acrecienta contra todos, la industria privada, medios de comunicación y sociedad civil. No había llegado al Internet, a ese volátil Internet que sirve hasta de vía de escape pasajera para volcar los resquemores de la disidencia. Le tocó su turno con la amenaza al Noticiero Digital, no puede haber una voz disidente hasta donde no llegue la represión. En Venezuela la auto censura es frecuente viendo cómo a cualquiera se le imputa y encarcela por decir cualquier nimiedad. No hay que nombrar a nadie que lleve el apellido Chávez, es ominoso, no se puede hablar sobre las empresas estatales y muchos menos seguir advirtiéndole a la población sobre la real posibilidad de un apagón que sólo nos salvaría un milagro de Papa Dios o de Santa Bárbara bendita. Si no llueve nos jo…….. Porque las soluciones oficialistas no se aprecian por ningún lado. Si lo repites puedes ir preso porque a Chávez le molesta que “perturben” a la población, él es el único iluminado que puede hacerlo, todo su poder omnímodo es capaz de cambiar cualquier cuestión en la faz de la tierra. Ninguna decisión le es ajena, como tampoco debe serle el miedo que produciría la perdida del poder en años de elecciones. El miedo es terrible observándolo después que aparecen los resultados de las encuestas, donde coinciden todas en la merma de su popularidad. El resto se encarga el mismo de hacerlo, tanto es así que la comunidad internacional está perfectamente enterada de lo que ocurre aquí. En días pasados leíamos unas declaraciones de la señora Hillary Clinton y parecía que había vivido en Venezuela durante los últimos once años con la desgarradora descripción del acontecer nuestro, de cómo se ha menoscabado la libertad, la democracia. Y la respuesta indefectiblemente seguirá siendo igual de parte del régimen, agresiones y mayor represión contra el pueblo, no permitiendo el menor resquicio para que manifiesten libremente su descontento. Se cierran los espacios, las emisoras de radios y televisoras ya casi todas son oficialistas y las que permanecen están amenazadas. Pero ahora le tocó al Internet, dudábamos mucho que fuera a llevarse a cabo en el corto plazo, pero tanto debe ser el miedo que adelantaron las fechas para regularlo. No se puede decir nada, hay que permanecer con la boca cerrada ante tantos desmanes y robos, hay que clausurar todo para que no se ventilen las vagabundearías, en once años de disparates. Es como si el “diablo” nos llevará al infierno sin ninguna posibilidad de protestar, viendo como los dineros del pueblo se malgastaron en comprar armamento, en sobornos de presidentes hacia bajo. Distinguiendo la mirada impertérrita del desvergonzado que hoy se encuentra como secretario general de la OEA. El miedo seguirá progresando, nada lo detendrá porque son irreversibles los daños irrogados a esta tierra por esa seudo revolución, aunque cierren todo, no creemos que los venezolanos callen sus voces por muy resignados que sean, siempre hay algo que retumba en el corazón y que nos obliga a defenderlo, si no es la patria, será algo más pequeño, la “familia”, y si no hay algo más pequeño será la existencia. Ahí vamos llegando poco a poco hasta que el cuerpo aguante tanto desdoro. No hay congoja que no despunte con un alba y no hay alba eterna para los malandrines Vendrán tiempos mejores aunque todas las luces se apaguen para luego rebrillar con un camino de libertad por delante. Reprimiendo a los seres o a sus medios de comunicación no se alcanza la gloria sino el fracaso, así ocurrirá si regulan el Internet ultimo bastión de libertad de la resistencia venezolana.
http://publicacionesfranciscoalarcon.blogspot.com
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