viernes, 26 de marzo de 2010

Chávez: no escribo más


Por: Enrique Pereira - Miedo a la vista. Uniformes verdes manchados de marrón simulando camuflajes. Ahora atacan el pensamiento. La Historia es la Historia. La Historia, como construcción de eventos en cadena, tiene un libreto que se repite y se repite a través de las generaciones. Esta no será diferente, pues está escribiéndose con una repetición nada creativa de lo que a este y a otros pueblos le sucedió en otras épocas. La Historia que cambia libretos sólo se consigue cuando las cosas se hacen bien, con fines buenos, con actos sinceros y transparentes y con la clara determinación de que los resultados de la acción favorezcan a grandes grupos sociales. Esta historia se escribe dentro de un embudo. No pregunten a quien le toca el lado ancho. Lo de Zuloaga, Álvarez Paz y Azuaje, tiene una sola coincidencia; los tres apellidos tienen incluida una “Z” en su construcción. Esos tres eventos vienen de orígenes distintos, mentes distintas y ejecutores diferentes, todos envestidos de poder, pero también de un miedo que los hace actuar sin mediar pensamiento alguno de las consecuencias. Esa arremetida es la más clara demostración de debilidad que nos ha entregado este régimen en este glorioso año. El miedo es libre. El miedo los hace reprimir libertades. Ahora le temen al pensamiento, cuando el pensamiento de la sociedad, hace razonar a los pocos adeptos al régimen, que continúan siéndolo en razón de sus necesidades, sus prebendas o su irrazonable ideología, que si bien respeto, no puedo compartir. Las fotos borrosas de los rostros declarantes que le cuentan a la sociedad lo bueno de la revolución, merodean en mi mente. Llenas de anteojos de marca y costosos arreglos de peluquería, las mujeres del régimen se esfuerzan en explicarnos el porqué de sus acciones y del gran apoyo que el pueblo les da todos los días. Escriben una Historia a base de repeticiones de frases prefabricadas que al final, no logran otra cosa que producir aburrimiento. Deberían dedicarse a trabajar por el bien del país, por la verdad y por un buen libreto, en lugar de servir de modelos para esas borrosas imágenes. No escribo más, pero tampoco voy a escribir menos. Voy a seguir escribiendo con la misma intensidad, respeto y convicción que lo he venido haciendo. Este es mi país, mi bella Venezuela y a mí nadie me doblegará el espíritu. Mi uniforme verde no se mancha de marrón. Nadie podrá doblegar mi pensamiento, ni reprimir mi derecho a opinar. El día que eso suceda, la vida no tendrá más sentido. Ese día habré perdido el orgullo de ser venezolano y ese preciso día, habré perdido lo más valioso de mí: mi sagrada e inconfiscable libertad de pensamiento. No te esfuerces en doblegarme Chávez, yo no soy ningún valiente, soy uno de esos venezolanos que espera el momento oportuno para demostrar de que color es nuestra pasión libertaria. Soy uno de esos venezolanos que le sobra pasión por esta tierra y somos más de los que tú imaginas. Búscate un mejor libreto.


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