domingo, 14 de marzo de 2010

Chávez al descubierto


Por: Alexander Cambero - alexandercambero@hotmail.com - @alecambero - El magnate de Miraflores es un ferviente admirador del movimiento amotinador. Esas huestes morbosas que depredan al adversario, con la saña de los verdugos, son la delicia de Hugo Chávez. Cree que sus acciones cargadas de odio son justificadas por la lucha de clases. Dogma que fue vencido por la realidad de sociedades que evolucionaron hacia un verdadero crecimiento económico con libertad e igualdad social. Es por ello, que no debe extrañar sus vinculaciones con ETA. Siempre se ha sabido que en territorio venezolano, operan una serie de movimientos que son aquellos que alimentan el espiral de violencia que caracteriza las múltiples acciones de la revolución podrida. La justificación ideológica con la cual los etarras pulverizan inocentes en las provincias autonómicas españolas. Es la misma que predican sus aliados venezolanos. Ni hablar de los agentes de Irán y de sus hermanos consanguíneos de las FARC. Todos ellos representan el lado oculto del régimen, una cofradía que maneja la trastienda en busca de liquidar opositores y guiar la estrategia a seguir para contaminar la protesta con sus métodos atroces. La revolución bolivariana tiene sus posaderas en las armas del terrorismo. No son los principios democráticos los que auspician sus políticas de gobierno. Esos son esencialmente fachadas, para cautivar mentes embotadas por el revanchismo del sátrapa que roba en Venezuela. Disfrazarse de demócrata le da el resultado en los escenarios internacionales, en donde los burócratas gobernantes creen que Hugo Chávez es un líder legitimado por más de nueve elecciones. Desconociendo, el carácter fraudulento de muchos de esos comicios. No es de extrañar que todos esos maleantes ideológicos, sarnas del estercolero de la historia del infierno, estén medrando en nuestra patria. Para el chavismo son héroes. No importa sin quien empuña el arma acaba con un inocente. Son los principios del terrorismo internacional que hacen venerables en el corazón del socialismo bolivariano, a engendros como: Manuel Marulanda Vélez, Muammar al Gaddafi, Saddam Hussein, Osama Bin Laden, y Ernesto Guevara. Existe una sociedad secreta al lado del proceso. Ella es la encargada de llevar a cabo las acciones que buscan liquidar lo poco que nos queda de democracia. Los órganos del poder son satélites del plan de dominación que se gesta desde Miraflores, y que plantea el sometimiento de todo un hemisferio. Para ellos es muy peligrosa la victoria de Sebastian Piñera en Chile y la gran opción de Juan Manuel Santos en Colombia. Ellos serían un contrapeso demoledor para la agalla expansionista. Para los agentes del PSUV, los bombardeos de Madrid y Londres. El infausto 11 de septiembre son meras invenciones del periodismo del imperio, o tiene la justificación histórica de los textos del marxismo. Mención de honor tiene Fidel Castro en el alma de Hugo Chávez. Es el susurro en la madrugada angustiante. La marioneta barinesa no mueve un dedo sin que el longevo tirano habanero lo indique. Esa relación tan profunda hace que los vuelos La Habana-Caracas sean casi semanales. Las llamadas telefónicas se multiplican para recibir cuentas y órdenes. Es la supresión de la voluntad, subyugada ante los pies carcomidos del vejestorio. Se arrastra ante su piedra filosofal para recibir su dosis de regaños y cariño. Alma sometida al desiderátum de no saber qué hacer cuando Fidel Castro parta hasta la quinta paila del infierno, allá lo espera el chefs Satanás para volverlo salchicha en sangre de murciélago. Chávez domina sus focas. Mientras recibe alimento político desde la mansión de Bajamar en Cuba. Sus acólitos no perciben que su mecenas también es otra foca de mayor categoría, pero foca al fin. Fidel Castro, se relame de gusto con su juguetito millonario. Son once años gozando de los recursos de una nación extraviada, manejada por el totalitarismo de un hombre que se rindió ante el cadáver del comunismo.

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