Tintin y los Pícaros es el vigésimo tercero y último de los álbumes de Las aventuras de Tintín publicados por su autor (Hergé). El álbum apareció en 1976 tras 8 años de preparación desde la publicación del anterior volumen (Vuelo 714 para Sídney). En ese año se tradujo a la mayoría de los idiomas en los que puede encontrarse, siendo la última traducción la edición griega, acabada en 1993. Argumento: La historia comienza con Tintín llegando a Moulinsart donde es informado por el Capitán Haddock que Bianca Castafiore ha iniciado una gira por San Theodoros (La oreja rota), el país del derrocado General Alcázar. Al día siguiente Tintín, Haddock y el profesor Tornasol se enteran que Bianca Castafiore, su sirvienta Irma, su pianista Wagner y los detectives Hernández y Fernández han sido arrestados bajo acusaciones de conspiración para derrotar al general Tapioca (dictador gobernante de turno de San Theodoros), y ellos tres (Tintín, el capitán y Tornasol) son acusados de planear la operación. Tintín, Haddock y Tornasol viajan a San Theodoros para reunirse con el general Tapioca quien les retine sin hacerlos prisioneros. Durante el curso de una visita turística a una pirámide azteca, organizada con el fin de que Tintín sea «rescatado» por el general Alcázar, son víctimas de una traición de Pablo (La oreja rota) quien intenta ayudar a los tapioquistas a que supriman a los cuatro amigos. Tintín se da cuenta de esta treta y consigue lograr que todos salgan con vida tras lo cual se dirigen al campamento de los guerrilleros Pícaros comandados por el general Alcázar. Una vez en el campamento de Alcázar y sus guerrilleros los Pícaros, quedan patentes las pocas posibilidades de éxito del golpe de estado que pretende llevar a cabo el general Alcázar, debido a que sus soldados se encuentran permanentemente borrachos (debido a las cajas de whisky que les lanzan los aviones del general Tapioca). Tintín logra convencer al general Alcázar para que realice una revolución sin derramamiento de sangre y a cambio él se encargará de evitar que sus hombres se emborrachen. Usando un nuevo invento del profesor Tornasol que produce intolerancia al alcohol (y que ha sido probado por el Capitán Haddock sin que él lo supiera) logran que los hombres de Alcázar no puedan probar el alcohol. Cuando planean el golpe, aparece un autocar perdido de artistas belgas (los Alegres Turlurones) dirigidos por Serafín Latón para participar en los festejos de Tapiocápolis. Usando los mismos disfraces del grupo de artistas logran entrar en la capital y tomar el poder. Se descubre que el cerebro detrás de la mentira es el coronel Sponz (El asunto Tornasol).
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