Al igual que en la Rusia roja, en la roja Venezuela de Chávez la velocidad de los acontecimientos generados por el Gobierno está desbordando y entumeciendo a la población y le ha quitado su capacidad de reaccionar ante el avance de la Tiranía.Desde diciembre de 2008, luego de perder el poder en algunos estados y municipios, Chávez le pisó el acelerador a su revolución. Después del 15 de febrero, con su enmienda de la Constitución aprobada y con la “legalidad” en mano para postularse a la Presidencia por toda su eternidad, la celeridad y profundizació n de su totalitarismo fue aún mayor.En esta marcha sin tregua de Chávez y su revolución, no existe día en la vida del venezolano que no acontezca algún hecho político que revolucione su existencia. Esto, sin contar las “menudencias” de los asesinatos, sicariatos, secuestros o robos a granel que agobian la jornada diaria de los hombres, mujeres y niños de la República de Chávez.Sólo contando los sucesos de los últimos dos días, se tiene una "pequeña" muestra de que la revolución no dejará en pie libertad ni derecho alguno.Por ejemplo, la libertad de expresión, tan vejada y maltratada en este decenio y a casi un año del robo de la señal de RCTV, recibe una nueva estocada. Así se está buscando la vía para cerrar Globovisión, a fin de cumplir la orden pública del mandatario a ese respecto. Por ello, ante la evidencia del alto costo político que representa cerrar un canal de noticias por informar a la población el alcance de un sismo, se rebuscan motivaciones alternas para doblegar al canal. Ahora, se seguirá la vía de la criminalizació n, no sólo del medio sino de sus propietarios y directivos.En esta nueva táctica estaría inserto el vulgar asalto a una propiedad de Guillermo Zuloaga, presidente de Globovisión, donde se guardaban legalmente unos 24 vehículos de una distribuidora automotriz también de su propiedad. La excusa fue indagar sobre la presunción de un delito que en ningún momento fue especificado por los funcionarios que ejecutaban el allanamiento. La intencionalidad de trasfondo es tratar de acallar a un medio de comunicación que incomoda a la revolución.Fue curioso, que luego de acosar a la propiedad de Zuloaga durante todo el día, un numeroso grupo de funcionarios de diferentes entes del Gobierno, comandados por el director del CICPC, hiciera una agresiva “visita domiciliaria” justo cuando el Presidente iniciaba la segunda cadena nacional de radio y televisión del día. Cabe señalar que este abuso del uso de las cadenas nacionales por parte del Gobierno, es en sí mismo una violación al derecho de información veraz y oportuna del venezolano así como una violación a la libre comunicación.Pero ése no fue todo el arrollamiento revolucionario en el día de ayer. En esa segunda cadena del día, el mandatario dio otro salto a la usurpación de la propiedad privada. El nuevo arrase a la propiedad incluyó la orden pública de “nacionalizar” a cinco de las empresas del sector briquetero y de tubos de acero más grandes de Guayana, así como a Cerámicas Carabobo. La libertad de emprendimiento es castigada por el Chávez confiscador, al que sólo le faltó el silbato para hacer el símil perfecto de la despedida de los directivos de PDVSA allá por 2002.Mientras tanto, este jueves los rojitos de la Asamblea Nacional dieron un paso adelante hacia la aprobación de una ley electoral que cercenará aún más los derechos políticos del venezolano, y de una Ley de Cooperación Internacional para arrodillar a las organizaciones no gubernamentales al socialismo. No da descanso ni detiene su saqueo a la democracia.
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