viernes, 15 de mayo de 2009

Dueños de nada


El 10 de mayo, en su dominical Aló Presidente, Hugo Chávez reiteró su vocación totalitaria y clarificó, con mayor precisión, el símil que tiene su revolución neocomunista con la dictadura de Fidel Castro. Ese día espetó que en Venezuela "no hay tierra privada". "¡Yo así lo digo!", subrayó arrogante. Según su criterio, "La tierra no es privada, es propiedad de la Nación", aún cuando en la Constitución Nacional se dicta todo lo contrario. Tal parece que Hugo Chávez está dispuesto a arrasar con todo vestigio de propiedad privada en el país, con el salto adelante de su proyecto revolucionario, tal como lo prometió a inicios de 2009. En este salto adelante en la profundización del proyecto neocomunista que Chávez quiere atornillar en Venezuela, jugará un papel muy importante la Ley de Propiedad Social que actualmente "discute" la Asamblea Nacional. Este Proyecto de Ley reedita algunos artículos de la rechazada reforma constitucional que pretende imponer varias ilegalidades. Uno de ellos es crear nuevos tipos de propiedad, entre ellos: la Propiedad Social Indirecta; la Propiedad Social Delegada; la Propiedad Social Directa y la Propiedad Social Mixta, las cuales coexistirían y prevalecerán con un disminuido concepto de propiedad privada. Según esta Ley, la propiedad privada sería aquélla que pertenece "a personas naturales o jurídicas, reconocida sobre bienes de uso, consumo, goce y disposición y medios de producción legítimamente adquiridos". Cabe destacar que este Proyecto de Ley introduce dos condiciones (que la propiedad es "reconocida sobre", y el concepto "legítimamente adquiridos") , las cuales serían determinadas al libre albedrío del mandatario y de los funcionarios del Gobierno. Otro aspecto medular de este Proyecto de Ley es que el Estado podrá hacerse del absoluto control de cualquier propiedad o actividad económica. Tan sólo bastará que el Ejecutivo declare de "utilidad pública y de interés social" a los "bienes, materiales e infraestructuras que se determinen susceptibles de ser declarados de propiedad social para asegurar, mediante la producción socialista, la satisfacción de las necesidades sociales y materiales de la población". Esto, en la práctica, se traducirá en una declaratoria compulsiva de utilidad pública y la adquisición forzosa de todo bien que se le antoje al Ejecutivo. Además de legalizar el robo indiscriminado de toda tierra, empresa privada o propiedad o actividad privada, se busca imponer un sistema de producción social y colectiva. Pero eso no es todo, también se despojaría de más recursos a las alcaldías y Gobernaciones, para destinarlos a un Fondo Intergubernamental para la Economía Socialista destinado a financiar y fortalecer las empresas de la economía socialista. Y para redondear el cerco neocomunista se propone "reeducar" a los trabajadores para ponerlos en sintonía con el proyecto personalista de Chávez. Además, éstos estarán al servicio de un Sistema de Información de la Economía Socialista, que dispondrá de una red de comisarios de la producción socialista que tendrá la facultad de inspeccionar que todo marche de acuerdo a los preceptos socialistas. Es decir, los venezolanos no sólo serán dueños de nada, sino que "legalmente" se convertirán en autómatas y sapos de la República.

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