Por: Magda Mascioli G. - Mientras cada quien y cada cual esté pendiente de su republiqueta, de su trabajo, de su negocio, creyendo que el dictador no lo va a tocar, JAMÁS tendremos un país. NO somos un país. NO somos ciudadanos. NO somos nada. No pasaremos de ser una aldea rica por clima y naturaleza, pero sin dignidad, sin respeto, sin sentido de pertenencia de país, sin deseos de GANARNOS la vida de manera decente, sin respeto por nosotros mismos. No pasamos de ser un paupérrimo país rico con gente que no tiene el menor vestigio de dignidad. Eso es lo que somos. Un catapacio de imberbes que seguimos como becerros al primer imbécil que nos dice lo que queremos escuchar. Un catapacio de cómplices a cambio de lo que creemos es una protección ante la situación del país. Sin ser capaces siquiera de tener opinión propia sobre las cosas. Unos pobres miserables es lo que somos. Engreidos, jactanciosos, pedantes, aguajeros, habladores de paja, guapitos de quinta, pantalleros, aprovechados, irrespetuosos, incumplidores de toda norma, irresponsables, tramposos, bebedores de caña, cobardes que quieren salir corriendo cada vez que las cosas se ponen difíciles, llegando a extremos ridículos como éste. No somos más que eso... una miserable comuna gobernada por el miserable que nos merecemos. ¡Más nada! Tendré que aceptarlo entonces.
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