miércoles, 6 de mayo de 2009

Tarea de manualidades


Por: Teódulo López Meléndez-teodulolopezm@yahoo.com Escucho, leo y veo, y así como la directiva del Colegio Nacional de Periodistas se dedicó, el Día Mundial de la Libertad de Expresión, a hacer una tarea de manualidades construyendo un dedo de cartón, mucho me temo que hay que hacer una tarea de lenguaje y una de conceptos, no una propia de escolares que, en lo que llaman "actividades extra-cátedra" , se distraen aprendiendo los rudimentos de la pega, del cartón y la madera.De escuchar, leer y ver uno se siembra en el asombro. Ha retornado el lenguaje contemporizador. El líder de un partido despacha como algo de segunda importancia la represión del 1 de mayo y advierte que esa son "trampas" del gobierno en las cuales no se puede caer. Fijémonos en la variante: desaparece la expresión "trapo rojo" con la cual se justificó toda omisión y se suplanta por la expresión "trampa". Los efectos políticos son los mismos. Otro vocero público que no tiene partido, pero fue muy activo en la Coordinadora Democrática , declara a una página web que no se debe hablar de "oposición" sino de "disidencia" . Disidir es separarse de la común doctrina, creencia o conducta. Esto es, quienes nos oponemos al régimen lo hacemos porque hemos abandonado lo mayoritario, lo aceptado y seguramente el camino que la nación ha decidido seguir. El declarante agrega que "nunca" deberemos abandonar la vía electoral.El líder del partido a que nos referimos hace "oposición", una suave, contemporizadora, light y podríamos argumentar que cómplice. Oposición se hace a un gobierno democrático. A una dictadura se le opone resistencia. Más aún, ejercer oposición light, contemporizadora y suave a una dictadura sólo tiene en la lengua que hablamos un calificativo: complicidad, más aún, si en los chismes de esta sociedad chismosa se corre la voz de que el personaje de marras mantiene regulares y apacibles entrevistas con algún representante conspicuo de la dictadura. En cuanto al negociador de la Coordinadora Democrática queda en evidencia que no somos disidentes; debemos calificarnos como resistentes al régimen opresor. Algunos han inventado otro interesante giro lingüístico: no llamarnos oposición, sino alternativa. Si alguien ha reclamado un proyecto de país y una concepción ha sido este articulista que, como podrán entender los lectores, está conteniendo la arrechera para no dañar el teclado de la computadora. Sin embargo, admitiendo –como yo lo entiendo y lo practico- que hay que resistir y conceptuar al mismo tiempo, equivale a desconocer la realidad y a esconder la cabeza como un avestruz, obviar la represión desatada por la presente dictadura. Si se obvia, si se minimaliza y si desde una vez se proclama que "nunca" debemos abandonar el camino electoral, lo que se nos está diciendo, ni más ni menos, es que no ejercerán resistencia alguna y que se dedicarán a esperar las próximas elecciones, mientras el gobierno elimina a personajes públicos y avanza en su proyecto "legislativo" desde la Asamblea Nacional de focas.En esta "tarea de manualidades" que ejerzo mientras escribo, tratando de mantenerme de "baja intensidad", es necesario precisar varias cosas. En un concepto de resistencia no cabe la palabra "nunca". En este momento, y ante la experiencia, uno puede sostener que es necesario participar en las próximas elecciones donde se amontonará la selección de concejales, miembros de Juntas Parroquiales y diputados a la Asamblea Nacional. No sabemos cuales serán las condiciones existentes para el momento de esa elección, pero podemos avizorar que estaremos en un avanzado estado de totalitarismo. En pocas palabras, frente a una dictadura jamás se pueden saber de antemano los detalles ni las circunstancias. Frente a una dictadura es muy posible que convenga participar electoralmente, como es posible que convenga dejarla sola en una farsa electoral. Es muy posible que convenga forzarla al fraude para producir una crisis, como es posible que convenga participar porque hay factores que la forzarán a reconocer los resultados. Lo que sucede es que estos declarantes sólo consideran el camino electoral para abstenerse de ejercer resistencia. Lo que ocurre es que estos declarantes sólo ven la vía electoral para no ver algo que pueda afectarlos. Lo que pasa es que estos declarantes tienen tapaojos y no tapabocas, porque creen que la epidemia de gripe les puede entrar por los ojos. Lo que acontece es que estos declarantes carecen de inteligencia y no comprenden que dentro de una estrategia global la participación o no en unas elecciones específicas es apenas una táctica, no la totalidad del planteamiento. Como son cortos de mira creen que lo contrario a participación electoral es la violencia.Si alguna vía no se debe ejercer contra una dictadura es la violencia, porque la dictadura tendrá siempre un poder de fuego infinitamente superior al de los civiles que se le oponen, como lo he repetido insistentemente. Uno comprende dos fenómenos que se producen en estos casos: por un lado el miedo y por el otro la desesperación. Esta última conlleva a presentar salidas descabelladas, como ejercer una suicida resistencia armada y no falta quien proponga acciones de tipo guerrilla. El primero ayuda considerablemente a la inacción, sobretodo incrementado por estos declarantes que se arropan en que hay que esperar las próximas elecciones y no más. El segundo es un drenaje equivocado y temerario. A las dictaduras se le opone inteligencia, no violencia. Ahora, oponerle inteligencia es resistir, precisamente lo que no quieren hacer estos declarantes, en primer lugar porque no la tienen y, en segundo lugar, porque hacerlo los saca de la comodidad del ejercicio de una "oposición" que conceptualmente no cabe. Aquí no estamos en Inglaterra donde se ejerce la oposición "en nombre de Su Majestad la Reina". Aquí no cabe la oposición, sino la resistencia. La resistencia se ejerce desde el acto más aparentemente nimio hasta acciones de calle sincronizadas no violentas. He propuesto unas cuantas que tengo la seguridad no serán tomadas en cuenta porque, según los declarantes, deberemos esperar las próximas elecciones para que todos votemos por las mismas y repetidas caras que nos presentarán. La violencia la ejercerá la dictadura hipocondríaca y resistir esa violencia que no se puede evitar es también un ejercicio táctico, un aprendizaje y la asunción de un comportamiento. Hasta con el temblor de tierra que padecimos hemos visto consecuencias políticas. Si el Alcalde Mayor, argumentando que los informes de bomberos y Defensa Civil indican que es mejor inspeccionar las escuelas en busca de daños ocultos y suspender las clases por unas horas, salta el Ministro de Educación a decir que habrá sanciones para quienes las suspendan. Si el director de Globovisión, porque tiene sangre de periodista, informa, se le acusa de especular. Todo dentro del envoltorio de que se ha utilizado el temblor para desestabilizar. Esto indica que cualquier movimiento de resistencia, que no es el caso del temblor, será calificado de inmediato de conspiración y si a algo le tienen miedo los declarantes es a que se dude de su "integridad de demócratas". Pero hay algo más, lo que sí incluye al temblor, y es que el gobierno está empeñado en dejar claro que no soporta gobernantes –léase alcaldes y gobernadores- que no sean del partido oficial de la dictadura. No voy a elencar de nuevo las persecuciones contra ellos, sólo a dejar constancia de un camino oficialista que devalúa el voto, que elimina el camino de las urnas electorales como mecanismo de producción de resultados respetables. ¿Es que acaso los declarantes no ven esta verdad de Perogrullo? La población ve las violaciones que cito y se interroga sobre otro dedo, ese que algunos escenificaron bajo el locuaz título de "dedito manchado", y se somete a preguntas serias y graves. La dictadura misma, ¿no llegará el momento en que, teniendo absolutamente todo bajo su égida y descubierto a plenitud su carácter en el plano internacional, se interrogará sobre la conveniencia o no de convocar actos electorales? Aquí ya no se trata ni siquiera -por parte de gobernadores y alcaldes no oficialistas- de tratar de demostrar que se puede gobernar con eficacia y atender los problemas puntuales de la gente. Ledezma dice que pedirá dinero a los habitantes de Caracas y en el extranjero. No habrá nadie en el extranjero que contribuya con el Alcalde execrado, como no habrá ciudadanos que den dinero además de pagar impuestos, como no habrá empresas a ir más allá de arreglar algún jardincito de la Gran Caracas. Algunos han proclamado que ahora existen dos San Antonio, uno de Padova y otro de Ledezma. Cuán equivocados andan.No podemos depender de la espera de las próximas elecciones, hay que ejercer la resistencia. Sólo que, viendo, oyendo y mirando, uno llega la conclusión de que los dirigentes de estos partidos llamados, de manera conceptualmente equivocada, de "oposición", no la van a hacer, que dedicarán su tiempo y esfuerzos a seguir declarando, a "oponerse" como si estuviésemos frente a un gobierno democrático, a seguir esperando las próximas elecciones frente a un gobierno obsesivamente empeñado en demostrar que el voto no vale. Hay que hacer, entonces, una tarea de ensamblaje, de traza de una red que conecte los muchos desengaños y los muchos conflictos existentes, de una iniciativa que trascienda a los partidos y los obligue a ponerse a la cola de la sociedad decidida. Un estudio detenido de este caos indica que muchos emprendimientos se perderán, pero que, finalmente, uno prenderá en la conciencia nacional y el país se enganchará en él. Si ello no sucede, entraremos en la anarquía con un desbordamiento incontrolado y entonces podríamos ver a los declarantes corriendo a Palacio a hacerse con el gobierno que no merecen y que no tendrán nunca, por ineptos.Cada uno debe contribuir desde su trinchera. Este servidor escribe artículos de opinión, no para catarsis inútil insultando, sino para dar ideas precisas de comportamiento, y mantiene un espacio para el desarrollo de ideas de una democracia del siglo XXI. Si yo tuviera acceso a los "medios oligárquicos" me permitiría aplicar lo del llamado a dejar las calles solas en determinadas horas de determinados días. Para empezar, porque resistir es imaginación. Resistir es mantener la mente en funcionamiento. Resistir es no parecerse a los declarantes.

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