miércoles, 4 de febrero de 2009

Sacrilegio y Profanación


Por: Sammy Landaeta Millán - Cuando se toca el tema del sacrilegio y la profanación, debemos resaltar el significado de cada una de estas palabras. SACRILEGIO, palabra derivada del latín (sacrilegium, sacer: sagrado y legere recoger) o sea, en lenguaje coloquial: robar, saquear, devastar. Por sacrilegio se conoce el asalto injustificado e injurioso a organizaciones sagradas, así como también al pensamiento, integridad y pureza del ser humano, es la manera al enquistar en el pensamiento de las personas la maldad, el servilismo y la destrucción es otra de las formas de sacrilegio. Lo dice Santo Tomás cuando nos enseña las diversas formas de sacrilegio: real, local y personal, estas tres formas unidas a la violación de los derechos, al asalto de las instituciones, a actos lascivos e inmorales contra las personas, lugares y cosas sagradas, que tienden a ser sacrilegios, y que en vista de la violación que acarrean tales hechos, se denominan profanación. PROFANACION: palabra que significa violación, irreverencia, impiedad, perjurio, irrespeto, desacato, muy conocidas en estos tiempos en este país, pronunciadas de manera impía, sin vergüenza, sin pudor, sin remordimiento, sin conciencia pero que llegan a las mentes más débiles para ordenarles ejecutar maldades, persecuciones, muertes, torturas y saqueos a todo aquel que difiera de esos sentimientos malsanos. En Venezuela, hay libertad de cultos, bueno eso creíamos, hasta comprobar mediante la profanación de la cual ha sido objeto la Sinagoga de Maripérez, que esta libertad de cultos aceptaba cualquier orden religiosa, bien sea, católica, evangélica, cristiana, ortodoxa, musulmana, budista, judaísmo, islamismo, hinduismo, taoísmo, luteranos, calvinistas, espiritual, santera, etc. o como se prefiera llamar, siempre estarán fundamentadas en las creencias universales de la existencia de Dios que todo lo crea y todo lo puede y hacia él, van nuestras penas, alegrías, esperanzas, peticiones y nuestra fe. Entonces si hay libertad de cultos en este país, ¿Cómo es posible que los gobernantes actuales permitan el saqueo, la destrucción y la infamia que se cometen contra las iglesias, los sacerdotes y las cosas sagradas de esos templos de meditación? En el caso de la Sinagoga de Maripérez, ¿quien ordenó a estos desadaptados vandálicos a ingresar en un templo y destrozar cosas y objetos sagrados, además de pintarrajear las paredes con obscenidades y amenazas contra los miembros de esa comunidad?. Acaso pretenden crear una guerra santa en Venezuela? El hecho de que las relaciones intergubernamentales entre nuestro País e Israel, se hayan deteriorado momentáneamente, ¿le da derecho a estos grupos reaccionarios a perpetrar abusos de toda índole contra las instituciones y sus pertenencias? Y dónde queda el gentilicio venezolano, de naturaleza noble, al obedecer órdenes inicuas (significado: malvadas, ignominiosas, perversas), de tránsfugas transitorios que anhelan ver destruido todo lo que tocan, para complacer su propio ego. En estos casos, da pena ajena ver como los desafueros de este gobierno, coronan el placer de quienes no tienen razón para ejecutar tan viles acciones, sin pensar en el perjuicio que ocasionan, no solo a las instituciones predestinadas a estos ataques injustos, sino también a aquellos seres que laboran en esas entidades, los cuales sin tener donde realizar sus ocupaciones laborales, deben ingresar al club de los desempleados y desasistidos de la justicia. Aquí cabe mencionar aquella sentencia que dice: “Dios castiga sin palo ni mandarria”. DIOS BENDICE A VENEZUELA

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