martes, 7 de octubre de 2008

Alternativa a una nueva 'guerra fría'


ELMUNDO.COM - Sería una notificación al coronel Chávez de que la presencia de Rusia no podría ir más allá de los límites de su soberanía. El sábado emprendió su anunciado viaje a Rusia el ministro de Defensa Juan Manuel Santos, con el objetivo inicial de asistir a la 77a Asamblea de los 186 países miembros de la Policía Internacional , Interpol, en San Petersburgo, pero también para cumplir una visita oficial a Moscú, en la que se entrevistará con su homólogo ruso Anatoly Serdyukov, con autoridades del Servicio Federal de Cooperación Técnico Militar y de la oficina antidrogas de esa nación, entre otros funcionarios de alto rango. Según el comunicado del Ministerio, en su discurso ante la Interpol, Santos denunciará el carácter global de las acciones de las Farc y solicitará una vez más la colaboración de las autoridades y de la comunidad internacional en la lucha que libra Colombia contra esa organización. Y en su cita en el Kremlin buscará “construir un canal de comunicación más fluido entre sectores de defensa de los dos países e intercambiar información en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo; hablar sobre la importancia de la estabilidad en la región de América Latina y estudiar la posibilidad de firmar un Acuerdo Marco de Cooperación en Defensa". También se resalta que, en la historia, Santos es el primer ministro de Defensa de Colombia en realizar una visita oficial a Rusia y que “su viaje obtiene especial relevancia debido a la coyuntura actual de la región". Previo a la divulgación del escueto comunicado del sábado, las agencias internacionales de noticias y los medios impresos y audiovisuales de acá y acullá hicieron un despliegue especial de las afirmaciones del ministro Santos durante un discurso en Cartagena y de sus declaraciones a emisoras de Colombia sobre el tema de las maniobras militares ruso-venezolanas, que tanta expectativa han generado en la región. Estos ejercicios, dijo, tienen “repercusiones en nuestro balance de poder regional, en nuestra estabilidad regional... Rusia hizo una demostración de poder mandando dos bombarderos a nuestro país vecino Venezuela... Cada uno de esos aviones tiene capacidad para portar 16 misiles nucleares... ". El ministro Santos recordó la crisis de octubre de 1962, en tiempos del presidente Kennedy, cuando EEUU amenazó con bombardear Cuba si la Urss no retiraba los misiles que había instalado en la isla comunista. "Desde esa época no veíamos una coyuntura en América Latina que tuviera esas connotaciones", dijo Santos. “Quién iba a pensar hace un par de años que estaríamos por lo menos cercanos a un resurgir de la guerra fría entre las grandes potencias del mundo, en donde países vecinos están directamente involucrados, países vecinos que en cierta forma han tenido conexiones muy directas con nuestros enemigos internos", agregó el ministro en una clara alusión a Venezuela. “Las Farc y el ELN también están pensando cómo juegan, cómo aprovechan, qué conexiones hacen, quiénes son los aliados de ellos en ese juego geopolítico, ya no regional, sino que se nos volvió mundial", concluyó. Hemos visto que la preocupación del ministro Santos es compartida en cierto modo por expertos como Ray Walser, analista político para América Latina de la Heritage Foundation , y Román D. Ortiz, coordinador del área de Estudios de Seguridad y Defensa de la Fundación Ideas para la Paz (Colombia), quienes en un sesudo artículo publicado por El Tiempo en su sección Domingo a Domingo, ven esas maniobras aéreas y navales ruso-venezolanas en el Mar Caribe, como parte de un esfuerzo del Kremlin por incrementar su presencia política y militar en el hemisferio americano e incluso consideran que la venta de grandes cantidades de armas al régimen venezolano “dejó de ser un puro negocio para tomar la forma de una apuesta estratégica". Y terminan advirtiendo que para contener los riesgos de esa alianza entre Rusia y los llamados “regímenes bolivarianos" es necesario fortalecer “la alianza de largo plazo entre EEUU y aquellos países latinoamericanos que comparten los principios de la democracia y el respeto por la legalidad internacional en el hemisferio". Lo que sugiere ese enfoque de los analistas es que si Rusia está rompiendo la tradición post Guerra Fría de no entrar en el “patio trasero" de EEUU, la reacción del Imperio tendría que ser suficientemente fuerte para contrarrestar “el impacto extraordinariamente desestabilizador" de una alianza entre Rusia y gobiernos opuestos a la democracia liberal y el libre mercado. Sin desconocer el valor de ese planteamiento de los académicos, nosotros hemos sugerido en varios editoriales otra alternativa menos tremendista, inclusive porque nos parece un tanto forzada la analogía con la “crisis de los misiles", pues el caso de la Cuba de entonces es muy distinto al de Venezuela, a la que mal podría desconocérsele el derecho a invitar o aceptar la presencia de fuerzas militares de cualquier país en sus puertos y aguas territoriales. Por eso, consideramos que hay un camino más eficiente, que en lugar de un enfrentamiento diplomático o más grave, permite que el tema se trate a manera de compensación, y es la instalación de una base naval en la Guajira, operada conjuntamente por las armadas colombiana y estadounidense, desde la cual se vigilaría todo el Caribe y operaría un efectivo control de la piratería y el narcotráfico, con obvio beneficio para la navegación de todo el que tenga intereses legítimos en la región. Al mismo tiempo, sería una notificación al coronel Chávez de que la presencia de Rusia no podría ir más allá de los límites de su soberanía. Por consiguiente, seguimos creyendo que esta debiera ser una de las cartas que se juegue nuestro gobierno en este delicado tema y que bien podría hacer parte de las conversaciones del ministro Santos con su colega ruso.

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