martes, 30 de diciembre de 2008

Expropiación a lo urraca


Por: Vinicio Guerrero Méndez - vinguerrero@yahoo.es - Palabras que asesinan, palabras que envenenan, destruyen la ilusión de los ilusos que creen a los hombres aturdidos. Parásitos de Casta sin vergüenza, son políticos que engañan a su pueblo. (Extracto de azpeitia por Aníbal Jorge Isciorra). La urraca, llamada pica-pica, picaza o marica, es un ave parecida al arrendajo y pertenece a la familia de los córvidos. Este buitre rara vez caza y mata, prefiere robar la presa ajena y ocultar todo lo que roba. En este caso y para referirnos específicamente a la expropiación del SAMBIL de La Candelaria es el típico asunto de parasitismo social, blandiendo una gran habilidad estratégica del gobierno siempre vigilante, para sacar réditos y ventajas de lo ajeno, desposeyendo a los incautos, para usufructuar sus logros sin ningún miramiento. Esta forma de parasitismo, es común entre ciertos pájaros, particularmente en la urraca, habida cuenta de que esta especie, roba los nidos de otras aves, incluyendo los de las perdices, toma sus huevos, les ataca y se devora los polluelos que salen de la madriguera. Este padrón de conducta semejante a la urraca lo encontramos en ciertos gobernantes, lo cual nos previene y alerta sobre los peligros y el riesgo que se corre cuando se trabaja frente a especies predadoras, lo que nos advierte que no sólo basta trabajar sino estar prevenidos, para no dejarse quitar el nido. Así como estos pájaros roban nidos, hay gobernantes que rondan los nidos, las tierras, las ideas que otros han construido, para apoderarse y tomar por asalto lo que los otros han conseguido por esfuerzo propio. Este animal es un depredador con figura de indefenso pajarito. La Urraca emite un sonido peculiar: un chac-chac-chac-chac sonoro y rápido y constante, semejante a los aplausos de las focas amaestradas para tal efecto, las cuales, criadas desde polluelos, se muestran muy dóciles con su amo, pero resultan molestas por su tendencia a robar objetos brillantes, como gafas, llaves y joyas, igual que los depredadores humanos, que también usan la tendencia de que lo mal habido, lo esconden o lo transfieren a otros nidos, aprovechando todas las oportunidades que se le presentan, sobre todo cuando el orden y la justicia acosan a estos depredadores. Al igual que muchos gobernantes que predicen magnicidios estas aves también poseen esa habilidad: Cuando se ven perdidas, hacen ver que les quieren hacer un pajaricidio y de una manera hábil e inteligente, cuando le disparan y no la matan, cae en picada para aparentar que esta herida o muerta y llegando al suelo, realiza una maniobra rápida de escape para introducirse en zonas boscosas a fin de que no la encuentren. Aunque sabemos que es más fácil quitar que trabajar, esta es sin duda una conducta ruin y reñida con el más elemental principio de esa ética que ellos intentan profesar pero que no conocen y en el caso específico de la expropiación de un bien, muchos gobernantes para imitar a la urraca, no dicen chac chac, sino hurra- hurra- hurra… lo expropié. Afectuosamente, Imperfecto.

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