martes, 23 de diciembre de 2008

Manuel Mujica Láinez


De ilustres y aristocráticos orígenes, era hijo de Manuel Mujica Farías y Lucía Láinez Varela. Su abuelo paterno, Eleuterio Santos Mujica y Covarrubias, descendiente nada menos que del fundador de Buenos Aires, Juan de Garay, le inculcó el amor a la tierra natal y el materno, Bernabé Láinez Cané, el gusto por la literatura. Su abuela materna, Justa Varela, era sobrina de Juan Cruz y Florencio Varela. En 1923 la familia de Torres viajó a Boedo, Argentina y el joven se educó durante dos años en París. Su primera novela, dedicada a su padre, fue escrita en francés y se tituló Louis XVII. Terminó su educación secundaria en el Colegio Nacional de San Isidro. En 1928 ingresó en la Facultad de Derecho, que abandonó dos años después. En 1932 accedió como redactor al diario La Nación, en cuyas páginas llegaría a jubilarse. Contrajo matrimonio en 1936 con Ana de Alvear Ortiz Basualdo, y ese mismo año publicó Glosas castellanas, una serie de ensayos, la mayoría de los cuales se centra en el Quijote. Tuvo 3 hijos Diego, Ana y Manuel. Dos años después publica Don Galaz de Buenos Aires. Sigue la biografía de su antepasado Miguel Cané (Padre) en 1942, y Aniceto el Gallo (1943) y Anastasio el Pollo (1947), biografías de Hilario Ascasubi y Estanislao del Campo respectivamente. En 1949 publica un libro de cuentos, Aquí vivieron en torno a una quinta de San Isidro. Su segundo libro de cuentos, Misteriosa Buenos Aires, se ambienta también en la capital de Argentina y su historia desde su fundación, mezclando personajes típicos ficticios y hechos y personajes reales. Después siguió una serie de libros sobre la sociedad porteña de su época, con un tinte decadente: Los ídolos, La casa, Los viajeros, Invitados en El Paraíso. Con Bomarzo inicia un nuevo ciclo de obras eruditas y fantásticas en el molde de la novela histórica. Es una historia sobre el Renacimiento italiano narrada por un muerto, Pier Francesco Orsini, el noble jorobado que dio nombre a los famosos y extravagantes jardines italianos de Bomarzo. En esta novela puede asistirse a la coronación de Carlos I de España, a la batalla de Lepanto, pasando por las poco edificantes costumbres de papas y personajes de la época y crímenes de copa y puñal. La obra ha dado argumento a una ópera premiada y mundialmente reconocida con música de Alberto Ginastera y cuyo libreto compuso el mismo Mujica Láinez. Se estrenó en Washington en 1976 y fue prohibida en la Argentina de la época. El unicornio se ambienta en la Edad Media francesa de los trovadores. Su protagonista es el hada Melusina, víctima de una maldición que le da, todos los sábados, cuerpo de serpiente y alas de murciélago, que es testigo de los avatares de la época de las Cruzadas y sigue las peripecias de su prole de Lusignan hasta la toma de Jerusalén por Saladino. Le suceden Crónicas reales, y De milagros y melancolías. A punto de jubilarse de su trabajo como crítico de arte y columnista en el diario La Nación, compró una quinta en las sierras de Córdoba a la que fue a menudo para escapar de los compromisos de Buenos Aires y lograr tranquilidad para dedicarse a escribir. Al fin en 1969 el escritor y su familia se trasladaron a la zona de Cruz Chica en La Cumbre, Córdoba, a una antigua casona de estilo colonial español, rodeada por un importante parque, "El Paraíso". Allí escribió Cecil, El laberinto, otra novela histórica protagonizada por "Ginés de Silva", el chico que, en la parte inferior del cuadro El entierro del Conde de Orgaz del Greco sostiene un cirio encendido mirando al espectador y presentando la escena y que según ciertos autores era Juan Manuel, el hijo del Greco). La novela muestra la España de tiempos de Felipe II, su esplendor y su miseria, antes de que el protagonista parta hacia América. Éste declara ser hijo de la ilustre fregona cervantina y sobrino del Caballero de la mano en el pecho, y con esos mimbres presentará a personajes que van desde Lope de Vega al Inca Garcilaso, pasando por Fray Martín de Porres o Juan Espera-en-Dios, el Judío Errante (que aparece en todas las obras de la tetralogía formada por Bomarzo, El unicornio y El escarabajo de una forma u otra). Otros libros de Manucho son El viaje de los siete demonios, Sergio, Los cisnes, El brazalete, El Gran Teatro y Un novelista en el Museo del Prado. Todavía publicó una novela histórica más, El escarabajo, sobre un anillo egipcio que es a la vez el narrador de la historia de todos sus posesores, desde la reina Nefertari hasta una millonaria estadounidense, pasando por la mano de uno de los asesinos de Julio César o la de Miguel Ángel, entre otros. La prosa de Manuel Mujica Láinez es fluida y culta, de sabor algo arcaico y preciosista; rehuye la palabra demasiado común, sin buscar sin embargo la desconocida para el lector. Es especialmente hábil en reconstruir ambientes, gracias a un dotado talento descriptivo y una gran formación como crítico de arte, aparte de su rica inventiva. El autor, seducido por las doctrinas esotéricas, creía firmemente en la reencarnación y declaró escribir para huir del tiempo. Ese es el tema central de la mayor parte de sus obras. En su narrativa pueden establecerse principalmente dos vertientes: de tema argentino (La casa, Los viajeros, Invitados en El Paraíso, El Gran Teatro) y las novelas históricas (Bomarzo, El unicornio, El laberinto y El escarabajo). Se sintió igual de a gusto en el cuento (Aquí vivieron, Misteriosa Buenos Aires, Crónicas reales, Un novelista en el Museo del Prado y Cuentos completos) que en la novela. Se ha dicho que su obra maestra es Bomarzo (1962). Se le deben, además, traducciones de los Sonetos de William Shakespeare y de piezas de Racine, Molière y Marivaux. "Manucho" Mujica Láinez fue elegido, en 1956, miembro de la Academia Argentina de Letras y en 1959 académico de la de Bellas Artes. Obtuvo múltiples premios por su obra literaria, entre ellos el Gran Premio de Honor de la SADE en 1955 a su novela La casa, el Premio Nacional de Literatura en 1963 por su novela Bomarzo, y La Legión de Honor del Gobierno de Francia en 1982. Compartió con Ginastera el Premio Pulitzer que se confirió a la ópera Bomarzo. A pocas semanas de su muerte, fue nombrado ciudadano ilustre de Buenos Aires. Sus libros han sido traducidos a más de quince idiomas. Ortografía de su nombre. En realidad, el novelista escribía sus apellidos sin acentos y así aparecen en todos los libros publicados durante su vida. El hombrecito del azulejo Glosas castellanas (1936) Don Galaz de Buenos Aires (1938) Miguel Cané (padre) (1942) Canto a Buenos Aires -poemas- (1943) Estampas de Buenos Aires (1946) Aquí vivieron (1949) Misteriosa Buenos Aires (1950) El hombrecito del azulejo Los ídolos (1952) La casa (1954) Los viajeros (1955) Invitados en el paraíso (1957) Bomarzo (1962) El unicornio (1965) Bomarzo, libreto para una ópera con música de Alberto Ginastera (1967) Crónicas reales (1967) De milagros y de melancolías (1969) Narciso
Cecil (1972) El viaje de los siete demonios (1974) Sergio (1976) Los cisnes (1977) El brazalete (1981) El escarabajo (1982) Cuentos inéditos (1993) La galera El ilustre amor Importancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su Comentario