Por: Maria Isabel Párraga - Una Pdvsa con múltiples brazos se convierte en motor del Estado - Sólo el Fondespa y el Fonden recibieron de la estatal $19.370 millones hasta 2007 - El Ejecutivo le pidió dinero y lo entregó, solicitó ayuda logística y la prestó, le confirió poder político y lo ejerció, y le delegó buena parte de su actividad diplomática y lo representó en el exterior. Pdvsa es ahora mucho más que una petrolera estatal. Después del paro suscitado entre 2002 y 2003, las actividades que históricamente desempeñó la compañía fueron ampliadas paulatinamente, primero mediante la ingente transferencia de recursos al Estado y luego, a través de la asunción de roles que han trascendido las responsabilidades típicas de una empresa constituida para extraer, refinar y comercializar petróleo. El nombramiento de Rafael Ramírez como presidente de Pdvsa en 2004, siendo ministro de Energía y Petróleo, abrió las puertas a una mayor compenetració n de la compañía con los objetivos del Gobierno central, al punto al que en 2007 Ramírez fue además nombrado vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), un cargo que para ser ejercido requirió modificar nuevamente los estatutos de la petrolera. Muchos analistas consideran que esa compenetració n de Pdvsa, no con Estado, sino con el Ejecutivo, ha derivado en la extrema politización de la compañía, hecho que se ha evidenciado no sólo en el tratamiento de la directiva de la empresa con su tren de gerentes medios y altos, sino, además, en su política de reclutamiento y selección. Si a esto se añade el poder económico que tiene la compañía que maneja 9 de cada 10 dólares que ingresan a la economía nacional, se forma una mezcla no apta para ortodoxos. No por casualidad Pdvsa figura en los negocios estratégicos amarrados por el Gobierno con otros países y, al mismo tiempo, ha estado implicada en escándalos como el del maletín, que habría financiado la campaña de Cristina Fernández en Argentina. La de la billetera El cambio de manos de Pdvsa en 2003 trajo consigo un mayor compromiso de la compañía en financiar las actividades del Ejecutivo, comenzando por las misiones que para ese momento estaban tomando cuerpo. Además de patrocinar varias de estas misiones a partir de su presupuesto propio, Pdvsa comenzó a transferir casi la totalidad de sus ingresos excedentarios al Fondespa, luego convertido en el Fondo de Desarrollo de la Nación (Fonden). Desde 2004 y hasta el cierre de 2007, estos potes recibieron de manos de la estatal un total de 19.370 millones de dólares, un monto equivalente al que Pdvsa dedicó como inversión a sus actividades medulares en el mismo lapso. En 2007, abarrotada de compromisos de inversión propios y ajenos -para ese momento estaba en proceso la adquisición de las empresas eléctricas, financiada por la estatal- y con un flujo de caja ajustado; Pdvsa recurrió al financiamiento externo y contrajo más de 13 mil millones de dólares en deuda nueva en un solo año. Esto elevó la relación entre su deuda y patrimonio de 9 a casi 30%. Ya en 2008, Pdvsa además lideró las operaciones de estatización de tres cementeras -proceso que no se ha completado aún-, participó en la toma de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), asumió las acciones de Lácteos Los Andes y una cadena de frigoríficos para alimentar a la naciente filial Pdval y culminó la adquisición de las distribuidoras de gas Tropigas y Vengas. De esta manera comenzó a crear la infraestructura apropiada para iniciar las actividades de siete filiales no petroleras con grandes expectativas en mente: Pdvsa Agrícola, Pdvsa Gas Comunal, Pdvsa Industrial, Pdvsa Servicios, Pdvsa Ingeniería y Construcción, Pdvsa Naval y Pdvsa Desarrollo Urbano. Desde la fabricación nacional de bombillos ahorradores para suministrar a la misión Revolución Energética hasta la venta de alimentos en la red Pdval, estas filiales no petroleras expandieron enormemente los roles de Pdvsa, invadiendo las responsabilidades de otras dependencias del Estado. Tras la participación de Venezuela en las Olimpíadas de Pekín, el presidente Chávez incluso encomendó a Ramírez instalar una oficina de entrenamiento deportivo. En paralelo, la celebración de centenas de negocios externos con Pdvsa a la cabeza convirtió a la estatal en una efectiva arma diplomática, en momentos en que parte de los activos internacionales de la estatal eran vendidos para transferir más recursos a los fondos del Estado. Esto derivó en el ingreso de un número importante de petroleras estatales al país con acuerdos y memorandos en mano, así como en la expansión de acuerdos de suministro de crudo financiado como Petrocaribe. Se puede concluir que en la etapa de mayor ingreso de petrodólares de la historia nacional, Pdvsa no pudo contar entre sus logros la mejora de la actividad para la cual fue fundada: producir petróleo en manos de los venezolanos.
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