Por: Caracciolo Viloria Thompson - Politólogo - titoviloria@hotmail.com - Según revelan los últimos sondeos de opinión pública, el 76 por ciento de la población consultada en las 12 ciudades más pobladas de Venezuela, no le confieren credibilidad a la versión de las autoridades gubernamentales, diputados a la Asamblea Nacional y voceros del PSUV sobre los supuestos planes para asesinar al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías.Y es que la sala tecnopolítica del Presidente ha puesto a funcionar varias agendas noticiosas de gran aliento, pero que no han logrado ninguna enganchar a la inmensa mayoría de venezolanos.Algunas de esas agendas noticiosas podríamos enumerarlas, al menos las establecidas en los últimos siete días: a) El Presidente lanza una amenaza contra el alcalde de la ciudad de Guayaquil en Ecuador (principal líder oponente al presidente Correa en el proyecto de reforma constitucional) , argumentando que el alcalde responde a intereses del "imperio". b) Al unísono de este pronunciamiento se expulsa al embajador estadounidense en Venezuela, Patrick Duddy, y se le establece un plazo de 72 horas para que abandone nuestra nación, cuando ya el diplomático tenía tres días fuera de nuestras fronteras. c) Se expulsa del país al director general de la Organización para la defensa de los Derechos Humanos en el continente (Humans Rigth Watch), José Miguel Vivancos, hecho que está generando una fuerte protesta de gobiernos y organismos no gubernamentales alrededor del mundo. Y d) Recientemente el nuevo ministro de Interior y Justicia, Tarek El Aissami, anuncia el decomiso en un apartamento en la ciudad de Maracaibo, de un fusil de largo alcance y la detención de una persona quien retenía el armamento. El ministro de Relaciones Interiores dejaba entrever el supuesto vínculo entre esa arma de guerra y algunos líderes políticos de la oposición en el Zulia.Ninguno de los ejes de esta agenda de noticias que ha intentado poner en marcha el Presidente ha obtenido el efecto de "enganche". Y es que nadie puede entender el sentido lógico para que una oposición política, en su sano juicio, que tiene en el futuro inmediato la mejor oportunidad de al menos los últimos cinco años, de recuperar espacios reales de poder con las venideras elecciones del 23-N, esté tratando de patear la mesa con un supuesto magnicidio.Creo que el único magnicidio que pudiera estar en marcha es la gran derrota electoral el próximo 23-N, lo cual pone en el tablero del poder político un panorama multicolor, plural y más democrático, donde la gobernabilidad tendrá que ser redefinida, en función de encontrar viabilidad política a las decisiones de mayor trascendencia, de cara al futuro inmediato de nuestras sociedades.
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