lunes, 6 de octubre de 2008

Baduel: tarde piaste pajarito


Por: Pedro Lastra - Me asombra la unanimidad de criterios que expresan quienes se refieren a lo que ya podría recibir el rótulo del emblemático “caso Baduel”. Desde Mario Concha Vergara, que enseñara y ejerciera su profesión durante décadas en Valencia hasta el colega Sammi Landaeta Millán, pasando por esposas de oficiales retirados de nuestras fuerzas armadas fieles al dictado constitucional que en su momento fueran vilmente atropellados por el todopoderoso jefe máximo de la FAN, el rechazo a las ejecutorias del general Baduel y la denuncia ante sus atropellos, deslealtades, autoritarismo y grosería en el trato con los demócratas venezolanos – civiles y uniformados - es uno y el mismo. ¿No hay una, una sola voz que desde cualquiera de los bandos en pugna salga en defensa de Raúl Isaías Baduel con argumentos convincentes? Una sola pregunta debiera ser contestada por el o cualquiera de sus eventuales defensores: ¿por qué el oficial clave en resolver a favor del teniente coronel la grave y decisoria crisis del 11 de abril y en instaurar el castro-comunismo a lo interno de la FAN desaprueba hoy lo que sin su concurso jamás hubiera podido llegar a ser una realidad?Estamos ante un caso paradigmático: el de un oficial que fuera el factor fundamental en el entronizamiento del teniente coronel Hugo Chávez y la sistemática infiltración de la ideología castro-comunista al interior de todos los componentes de la FAN – hasta llegar a su postración ideológica, su desmoronamiento moral y su práctica aniquilación como factor esencial en la defensa de nuestra soberanía, - y que cumplida a cabalidad esa siniestra labor de zapa y ya fuera de las fuerzas armadas se torna súbitamente y sin un proceso autocrítico y un reconocimiento de su papel como factor esencial en la instauración del gobierno de facto hoy gobernante, pretende erigirse en elemento clave de la oposición al régimen. A nadie mejor que a él le cabe la sentencia llanera popularizada por Luis Herrera Campins: tarde piaste, pajarito.Estamos ante un caso paradigmático, que reproduce y amplía el triple salto mortal de su antecesor en el circo de los conversos: Francisco Arias Cárdenas. Pero ese es un caso del pasado. Lo verdaderamente importante y problemático en el análisis del “caso Baduel” es el futuro. Ante el colapso del régimen, condenado en el corto o mediano plazo a su inevitable desmoronamiento, nos enfrentaremos a miles de “casos Baduel”. Todos los miembros del actual Estado Mayor y la alta oficialidad abiertamente comprometido con los crímenes del régimen, ¿qué actitud asumirán? ¿En qué ordenamiento o legislación se ampararán? ¿Cómo justificarán su respaldo y apoyo a medidas abiertamente anticonstitucionale s y al sistemático atropello a los derechos humanos por parte del gobierno, que sin su respaldo jamás hubieran podido vivirse en nuestro país? Habrá cientos de “casos Baduel”. ¿Cómo enfrentarlos?Hablamos de la traición de los uniformados. ¿Y los civiles? ¿Qué hacer ante la vergonzosa y humillante actitud de los miembros de la Asamblea Nacional? ¿Cómo proceder ante la violación a los sagrados compromisos con la ley y la justicia de parte de quienes, desde el TSJ y el sistema judicial, debieran haber velado por el irrestricto cumplimiento de la ley? ¿Qué hacer con fiscales, defensores del pueblo y otros cargos rebajados a corifeos del avasallamiento, la represión y la injusticia?Aún cumpliéndose, en el mejor de los casos, el retorno a la plena vigencia de la legalidad y el orden democráticos, se cierne sobre Venezuela un futuro tenebroso. Enfrentar este oscuro presente convertido en siniestro pasado y ver modo de resolverlo satisfactoriamente. Habrá que estudiar el caso alemán y la derrota del fascismo en Italia, así como el de las sociedades de nuestra región que debieron enfrentar situaciones semejantes. Será el pesado legado dejado por “el caso baduel”.

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