Luego de ver la cadena, la señora Josefina
fue directo a la cocina cabizbaja de la pena
a imponerse una condena mientras que se repetía:
-Ay! qué vergüenza la mía, mi Chávez tiene razón.
He causado ese apagón por derrochar energía.
Ahora sé que no debía ponerme a planchar la ropa,
ni estar guardando la sopa en esa nevera fría
que debe jalar al día kilovatios por montones.
En cuanto a estos biberones también los voy a sacar,
no sea que vaya a causar otros nuevos apagones.
¡Si arrugas los pantalones, los llevas así, Jesús!.
Estamos gastando luz igual que unos ricachones.
Y si en la noche te pones a estudiar lo de la escuela,
te alumbrarás con la vela que está allí en ese pasillo.
Si me enciendes un bombillo, te voy a dar una pela.
Hay que hacer por Venezuela lo que dice el presidente,
pues él es inteligente y en las cosas no se pela.
Es más, él es quien cancela, como buen benefactor,
ese recibo mayor que, repito, me da pena.
Y aunque estén dando cadena, apaga el televisor.
Octavio Montiel
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su Comentario