Entonces lo repito: los guerreros de la luz se reconocen por la mirada. Están en el mundo, forman parte del mundo, y al mundo fueron enviados sin alforja ni sandalias. Muchas veces son cobardes. No siempre actúan acertadamente. Los guerreros de la luz sufren por tonterías, se preocupan por cosas mezquinas, se juzgan incapaces de crecer. Los guerreros de la luz de vez en cuando se consideran indignos de cualquier bendición o milagro. Los guerreros de la luz con frecuencia se preguntan qué está haciendo aquí. Muchas veces piensan que su vida no tiene sentido. Por eso son guerreros de la luz. Porque se equivocan. Porque preguntan. Porque continúan buscando un sentido. Y terminan encontrándolo.
Manual del Guerrero de la Luz - Pablo Coelho
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su Comentario