Por: Jon Lacasa - Puedo entender, nunca justificar, menos premiar, antes por el contrario, condenar, que en la debilidad humana un sujeto se deje llevar por el abuso de poder para enriquecerse y alimentar su vanidad. A mi edad no se puede ser tan iluso como para pretender lo contrario y más en un país que no conoce, desde hace décadas la auténtica y ciega Justicia Tribunalicia. Pero no puedo aceptar que unos políticos de cuarta pues sumados no dan uno bueno, quienes en su conjunto no gozan sino con el 12% de la credibilidad del electorado, -por algo será pues siempre sostuve que se cosecha lo que se siembra- vayan a defecarse, descarada e impunemente, en la voluntad del colectivo al cual acordaron confiar el 23 de enero la elección del candidato llamado de la Unidad Democrática para sustituirlo por el candidato de "su propia y confabulada selección partidista entre sombras e intercambio de promesas en Caracas", en aberrante negociación, carente de la más absoluta sensibilidad humana y aprendizaje político. Por otra parte, sabemos que los Medios han sufrido y sufren una persecución despiadada pero tampoco escapa cómo se dejan comprar y manipular por los dineros que les dan los partidos poderosos económicamente. En oriente tenemos un caso emblemático. ¿Cómo puede justificar el Burgomaestre de Urbaneja la publicidad multimillonaria, se habla de 4 millones de dólares, en televisión nacional, prensa y radio a su favor? ¿De dónde sale tanto dinero? La sistemática descalificació n que han hecho ciertos partidos y dirigentes de las encuestas veraces, técnicamente concebidas por expertos y neutralmente realizadas por estudiantes independientes con el aporte económico de la clase media de la sociedad civil, con el apoyo de gremios, de dirigentes de barrios y sociales, libres de compromisos partidas y de directrices inconfesables, antes de evaluarlas, por el mero hecho que sus precandidatos no salieron reflejados en la voluntad electoral de Anzoátegui, da grima y provoca ´náuseas, por decir lo menos. No han aprendido nada durante estos últimos diez años. No hay vestigio de ética política. ¿Cómo puede el Presidente de un partido de Anzoátegui justificar el apoyo de su partido a un precandidato a la Gobernación que está en Cuarta posición aduciendo que "son directrices de Caracas...". ¿Y el colectivo? Seguiremos luchando por una Venezuela mejor, por el bienestar espiritual y material de todos los ciudadanos, sin exclusiones, a pesar de los políticos de la Cuarta y de los gobernantes y acólitos de la Quinta. Volveremos a montar la emblemática Plaza La Libertad de Lechería, centro de reunión pública de la conurbación norte de Anzoátegui, con nuestros propios recursos a pesar de la actitud permisiva y por ende vergonzosa del Burgomaestre y demás dependientes de Urbaneja a quien le tocaba, por el contrario, defender y hacerla respetar del actual Gobernador, Tarek, más aún después de haberse montado y usado como los que más la tarima allí construida por la sociedad civil. ¿Cordialmente? !No¡ Simplemente con mucho dolor, constatando una gran verdad, NO HAY COMO EL DINERO ..... (para muchos, !claro está¡).
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