lunes, 21 de julio de 2008
La genética condiciona nuestros comportamientos políticos
Por: Yaiza Martínez - La genética condiciona nuestros comportamientos políticos - La participación electoral depende en un 72% de dos genes específicos. Dos genes son responsables de que vayamos a las urnas en las elecciones, pero también de otros comportamientos políticos, como el de presentar una candidatura. Se trata de los genes MAOA y del 5HTT, ambos relacionados con la regulación de la serotonina en el cerebro, un neurotransmisor que regula las interacciones sociales. Un estudio realizado en Estados Unidos ha vinculado por primera vez dichos genes con la participación electoral a partir del cotejo de datos del grado de herencia de los comportamientos políticos en gemelos monocigóticos y bicigóticos. Como conclusión, los científicos señalan que la participación electoral depende en nada menos que en un 72% de estos dos genes. Esto significa que los factores genéticos y biológicos serían más importantes de lo que se creía en la determinación de nuestra predisposición a votar.
La decisión de ir a votar depende en parte de nuestra genética, aseguran los científicos James H. Fowler y Christopher T. Dawes, de la Universidad de San Diego. Los investigadores han publicado recientemente en la revista especializada The Journal of Politics, los resultados de un estudio que ha permitido establecer una relación entre dos genes específicos y la participación electoral. Utilizando datos del llamado National Longitudinal Study of Adolescent Health, que es un estudio que explora las causas de los comportamientos relacionados con la salud de los adolescentes estadounidenses, los científicos demostraron que los individuos con polimorfismo en un gen denominado MAOA tendieron significativamente más a votar en las pasadas elecciones presidenciales del año 2004. Asimismo, los científicos también hallaron evidencias de que existía una relación entre un polimorfismo del gen 5HTT y la participación electoral, aunque moderada por la participación en servicios religiosos. Estos resultados son los primeros que vinculan los genes con la participación electoral y con una amplia gama de comportamientos políticos, informa un comunicado de la citada universidad. Resultados repetidos Tal y como explican Dawes y Fowler en su artículo, los sociólogos habían revelado ya que algunas actitudes políticas básicas como el liberalismo o el conservadurismo son probablemente hereditarias. En el plano genético, una significativa proporción de la variación de la decisión de participar en la política también podría atribuirse a factores genéticos, aseguran los investigadores de la Universidad de California. Para su investigación, los científicos analizaron un registro de gemelos de Los Ángeles para estudiar el grado de herencia de los comportamientos políticos en gemelos monocigóticos y bicigóticos. Los resultados mostraron que una importante proporción de la variación en participación electoral podía ser explicada por los genes. Estos mismos resultados se repitieron con los datos del National Longitudinal Study of Adolescent Health. El análisis de estos últimos permitió concluir que el 72% de la variación en la participación electoral podía atribuirse a la genética. Ésta afectaría además a otras actitudes políticas, como las donaciones a campañas o la presentación de una candidatura. Escasa importancia de la educación Las comparaciones mostraron claramente que los gemelos, que comparten todas sus características genéticas, eran significativamente más similares en su conducta como votantes que los mellizos que sólo comparten, como media, la mitad de sus genes. Por tanto, al contrario de lo que tradicionalmente se ha creído, la educación familiar puede tener poco efecto en la participación política futura de los niños. Para determinar los genes específicos implicados en las actitudes políticas, los científicos centraron su atención en aquellos genes previamente relacionados con los comportamientos sociales. Entre ellos, el MAOA y el 5HTT se sabe que ejercen una gran influencia en la regulación de la serotonina en el cerebro. La serotonina juega un papel importante como neurotransmisor en el sistema nervioso central, en la inhibición del enojo, la agresión, la temperatura corporal, el humor, el sueño, el vómito, la sexualidad, o el apetito. Estas inhibiciones están asimismo relacionadas directamente con síntomas de depresión. Por otro lado, la serotonina es fundamental en la regulación del miedo, la confianza y la interacción social. Genes y participación electoral Estableciendo inicialmente la hipótesis de que aquellas personas con versiones más eficientes de estos genes tenderían más a votar, los científicos analizaron los datos del mencionado National Longitudinal Study of Adolescent Health para hallar las relaciones entre estos genes y la participación en las elecciones. Descubrieron así que existía una significativa relación entre los genes MAOA y 5HTT y la decisión de votar. De hecho, aquellos individuos con las versiones más eficientes de ellos fueron una media de un 10% más proclives a acudir a las urnas. Para Fowler, el descubrimiento es muy importante para la manera en que se considera el comportamiento político. Según el científico, se sabía que estos genes influenciaban en los comportamientos sociales, pero no se había valorado con profundidad que el comportamiento social juega a su vez un importante papel en las votaciones. En particular, el gen 5HTT parecía jugar un importante papel en la relación entre votar e ir a la iglesia, lo que sugiere que es la combinación de las actividades sociales con la genética la que ayuda a dar forma al comportamiento político de cada individuo. Comportamiento político condicionado Los investigadores apuntan ahora a que, mientras los politólogos no suelen fijarse en el papel de los factores genéticos y biológicos en el comportamiento político, este nuevo trabajo apunta a que ambos factores tendrían cierta relevancia en dicho comportamiento. El próximo paso sería determinar hasta qué punto. Esta investigación estaría en la misma línea que otra anterior, realizada en la Universidad de Rice en 2006, que señalaba que las convicciones políticas también se ven más condicionadas por los genes que por las ideas familiares y el entorno. Una encuesta realizada entonces a 8.000 pares de gemelos reveló que los gemelos auténticos, aquéllos que comparten el mismo código genético, responden con gran similitud a las mismas cuestiones políticas, mientras que los falsos gemelos expresan opiniones diversas. Considerando que ambos tipos de gemelos crecen y participan del mismo entorno, la disparidad de resultados entre los dos grupos sólo pudo ser explicada por la genética.
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